Aunque siempre se ha conocido o escuchado la importancia del agua, sin duda durante estos últimos años se aprendió a valorarla.
Dosificarla para que rindiera, hacer filas en espera de una pipa e incluso estar sin servicio por semanas enteras se veía como una problemática lejana.
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Precisamente para crear conciencia sobre el cuidado de los recursos hídricos a nivel mundial, en 1992 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua.
Con el paso de los años, el tema fue cobrando fuerza e incluso en el 2010 la ONU reconoció el acceso al agua potable como un derecho humano esencial, por lo que toda persona tiene derecho a disponer, sin ningún tipo de discriminación, del vital líquido.
Para este 2024 el lema es “Agua para la paz”, al asegurar que este recurso natural puede crear paz o desencadenar conflictos, pues cuando el agua escasea, está contaminada, se tiene acceso desigual o nulo, pueden aumentar las tensiones entre comunidades y países.
La ONU señala que más de tres mil millones de personas en todo el mundo dependen de agua que atraviesa las fronteras nacionales, sin embargo, solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos que comparten.
Cooperar en materia del agua crea un efecto positivo que promueve la armonía, genera prosperidad y fomenta la resiliencia frente a los desafíos.
Además, enfatiza en la importancia de actuar sobre la base de que el agua no solo es un recurso que se aprovecha y por el que se compite, sino que se trata de un derecho humano esencial para todos los aspectos de la vida.
nrm