La falta de recursos hídricos amenaza no solo el consumo humano para los habitantes de la ciudad de León, también la producción de industrias como la de la curtiduría, quien provee de materia prima al sector calzado, pues requiere en promedio 30 litros de agua por cada kilo de piel que se procesa.
Una solicitud de información realizada a Sapal, detalla que los mantos acuíferos cercanos al municipio de León, presentan un déficit importante de agua; Valle de León -53.9 por ciento; Río Turbio - 53.4 por ciento; Cuenca Alta de Río Laja -62.5 por ciento; La Muralla -11.6 por ciento, por lo que es necesario generar mecanismos para que esta industria no se vea afectada.
Leonardo Pérez, profesor e investigador del Instituto Tecnológico de León explica que adicional al déficit hídrico, mantos acuíferos presentan cromo, lo que los vuelve no aptos para consumo.
“Tristemente muchos mantos acuíferos de León ya tienen cromo por naturaleza y no ha sido solo por la industria del curtido, si no que hay yacimientos naturales que tienen cromo y esa debe ser una apuesta para los nuevos gobiernos que vengan es buscar alternativas para suministro de agua para que nuestra industria pueda seguir produciendo y esta capacidad de proveer los recursos que requieren para operar”, dijo el profesor.
De acuerdo a la Cámara de la Industria de la Curtiduría de Guanajuato (Cicur) en la entidad existen mil tenerías, de las cuales 800 se localizan en la ciudad de León, garantizar el abastecimiento del líquido como un insumo básico de su producción es urgente y tiene un impacto en la atracción de capitales a la entidad
Antes de la llegada de la pandemia, en México diariamente se producían 35 mil cueros, de los cuales las curtidoras locales generaban hasta el 85 por ciento, de ahí la importancia de asegurar el abasto de agua para el momento en que llegue la recuperación total del sector.
Las pequeñas tenerías se dedican principalmente a curtir cuero de ganado de res, bovino y porcino para la elaboración de calzado y prendas, el gasto promedio en las grandes fábricas es de hasta 4 pipas de agua diariamente y las grandes de 10 a 12.
”Está empresa gasta en promedio de 3 a 4 pipas diarias, ahorita no porque está muy baja la producción, pero cuando hay grandes pedidos si se consumen 3 pipas diarias”, explica José Cruz, quien se dedica a este rubro desde hace 10 años,
Curtir una piel requiere por lo menos de 18 pasos y lleva un tiempo de hasta un 15 días para tener el producto terminado. Todo inicia cuando en crudo las pieles llegan hasta las fábricas, el primer paso es el remojo; le sigue pelambre donde se le quita el pelo propio de animal; descarnado donde se le retira el tejido que aún tiene; desencalado; piquelado, curtido; reposo al cromo; escurrido, dividido; rebajado; recurtido y engrase; desvenado; secado al vacío; secado al ambiente; ablandado; recorte; lijado y acabado.
”Si se requiere mucha agua, porque hay que relavar, y se requiere bastante agua porque las pieles son grandes y como son cargas de hasta cien cueros que llegan a ser hasta 200 hojas”, agrega Edgar Martínez, productor local.
Cabe destacar que esta industria también es de las más contaminantes, pues utiliza para sus procesos cromo, tanino, alumbre, sales metálicas y formaldehído, lo cual produce una gran cantidad de aguas servidas que si no son tratadas y desechadas correctamente, son un foco de contaminación por lo cual Sapal May firmó un convenio para regular sus descargas.