La escasez de agua pone en riesgo la salud pública, al complicar una medida tan básica como el lavado de manos, porque facilita el contagio de enfermedades a través de virus, bacterias y otros agentes patógenos, advierten especialistas.
“Hablando de restricción de agua, una medida básica para evitar enfermedades infecto contagiosas, la más básica, sea en casa, en algún lugar público o en un hospital, es el lavado de manos; nos previene de males gastrointestinales y respiratorios”, dijo Amira Rocío Azcorra Ruiz, infectóloga pediatra.
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Señaló que no hay nada que sustituya esta práctica de higiene, por lo que mientras se carezca de agua o ésta sea insuficiente o de mala calidad, se complicará el tener un correcto aseo y las personas serán una fuente de infección.
“Está el riesgo de enfermedades como por ejemplo hepatitis A, si tenemos un paciente, lo primordial es lavarse las manos porque el mecanismo de transmisión es fecal-oral; también hay peligro por fiebre tifoidea”.
Azcorra Ruiz destacó que otros males como la influenza, el covid-19 y la gripa común, también se previenen con agua y jabón; aclaró que son los dos elementos, no basta el recurso hídrico por sí solo y además hay que frotar con vigor durante al menos veinte segundos, entre los dedos y debajo de las uñas.
Subrayó que algo tan sencillo puede salvar vidas, e incluso el personal de salud que labora en clínicas y hospitales se ve obligado a hacerlo si tiene contacto con sus pacientes, porque las manos son agente de contagio para otras personas.
“Algo tan básico tiene un gran impacto, por eso insistimos en hacerlo, principalmente cuando salimos a la calle, necesitamos también cuidar mucho la salud de los niños y de los adultos mayores, porque son los grupos más vulnerables”.
Con ella coincidió el médico general Roberto Saldívar, quien apuntó que la sequía definitivamente aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas, parasitarias y gastrointestinales.
“No lavarse las manos se puede convertir en un verdadero problema de salud pública al facilitar la transmisión de diversas enfermedades”, alertó el profesional de la salud.
Expresó que hay que lavarse las manos antes y después de cocinar, manipular alimentos crudos y comer, así como después de: ir al baño, tocar pañales sucios y animales, hacer la limpieza, visitar personas enfermas, saludar de mano, sonarse la nariz, toser o estornudar, tocar dinero y al llegar a casa. “Debe ser un hábito cotidiano en el hogar, en la escuela, el trabajo, templos y cualquier lugar público donde podamos adquirir virus o bacterias, enfermarnos y ser un medio de contagio para otras personas”, comentó.
Aumenta la concentración de partículas
La sequía suele aumentar la concentración de partículas en suspensión en el aire, irritar las vías respiratorias y provocar enfermedades, enfatizó a su vez el activista Roque Montiel Lozano.
“Esta condición favorece la proliferación de agentes patógenos en el ambiente, y la falta de agua complica la higiene y saneamiento”, explicó el vocero del colectivo Ciudadanos Conscientes en Acción por México.
Manifestó que además, se reduce la capacidad de las plantas para producir oxígeno y filtrar el aire, lo que empeora su calidad y aumenta la concentración de contaminantes. “Cada persona necesita al día entre 20 y 50 litros de agua sin contaminantes químicos ni microbios, para beber y para la higiene, según calcula la OMS, pero no tener agua potable o un saneamiento adecuado, produce contaminación microbiana”, concluyó.
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SJHN