Hasta el momento, el gobierno municipal de Toluca tiene identificados al menos cuatro predios cuyas estructuras están al borde del colapso y representan un riesgo para los vecinos, peatones y quienes circulan por ahí.
De las 845 viviendas antiguas que datan del siglo XVIII, XIX y XX, sólo sobreviven 400.
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¿Quién supervisa los inmuebles?
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es el encargado de autorizar las intervenciones a este tipo de inmuebles, por ello el ayuntamiento de Toluca sólo está al pendiente de la determinación a la que se llegue con los particulares.
Quienes determinan si desean rehabilitarlos o derrumbarlos, aunque la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos establece ciertas limitantes.
Por el riesgo que representan, el gobierno municipal ha exhortado en múltiples ocasiones a los propietarios a que realicen urgentemente la demolición controlada y autorizada, así como el aseguramiento consistente en el apuntalamiento y colocación de tapiales que brinden protección para evitar daños mayores.
De acuerdo con el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles del INAH en la capital mexiquense hay registrados al menos 200 monumentos históricos, conjuntos arquitectónicos y bienes inmuebles con valor cultural.
De los cuales, al menos cuatro han sucumbido, casi en su totalidad, tras el abandono de sus propietarios, el paso del tiempo y las condiciones climatológicas.
¿Qué inmuebles están en riesgo?
- Los cuatro que actualmente representan un riesgo por su infraestructura están en el Instituto Literario No. 408 o 508, donde la parte interior se encuentra colapsada y la fachada presenta daño debido al daño interior.
- El segundo predio en malas condiciones se ubica en Alejandro Von Humbolt No. 112 o 200 en su intersección con León Guzmán, cuya fachada colapsó en su totalidad en 2022 y provocó la muerte a un joven de 23 años que comía en un puesto de tacos, a la fecha sólo está en pie la fachada del lado de Von Humbolt.
- El tercero está en Sebastián Lerdo de Tejada No. 40, a la altura del Teatro Morelos, cuya parte interior se encuentra totalmente colapsada y únicamente se conserva la fachada la cual es sostenida por vigas de acero desde hace 12 años.
- Y el cuarto en Sebastián Lerdo de Tejada en su intersección con 21 de marzo, donde la parte interior está parcialmente colapsada, su fachada presenta daño y es sostenida por vigas de acero
¿Cómo eran o cómo son?
La herrería, la viguería, el adobe, la mampostería, la cantera, piedra dura de origen volcánico, diseños de moldura y madera de pino, cedro y oyamel son materiales de antaño que fueron utilizados para la construcción de los inmuebles que se ubican principalmente en las calles del Centro Histórico.
A decir del cronista municipal Gerardo Novo la mayoría de las construcciones eran de tipo residencial, es decir, para la vivienda.
Después, el crecimiento de la ciudad obligó a que se fueran adaptando como locales para el comercio, pues en su mayoría se trata de propiedad privada, aunque tanto el Ayuntamiento de Toluca como el gobierno estatal cuentan con algunas dentro de su patrimonio.
¿Qué tan difícil es el mantenimiento?
Hoy hay personas que son propietarias de inmuebles con valor artístico, arquitectónico o histórico y tienen los recursos para mantenerlos en buen estado.
Aunque hay otras que tienen interés y carecen de los medios, pero también hay quienes deliberadamente provocan daños en los muros o las estructuras para que se vengan abajo o las construcciones se vayan deteriorando.
Conservar y mantener un inmueble de este tipo cuesta mucho dinero, además, es difícil encontrar los materiales para su restauración, tal es el caso del adobe, la madera, las gualdras o vigas que eran extraídas de árboles de más de 20 metros.
“Hay construcciones en las que hay que sustituir 100 vigas y deben tener cierto tratamiento, lo cual es muy caro. Lo mismo pasa con las soleras para los pisos las lajas y baldosas que se usaban mucho y ya no se trabajan, incluso las técnicas de construcción han cambiado, había trabajadores que sabían hacer cielos rasos con planta de cielo, bóvedas catalanas o hacer aplanados sobre el adobe”.
RM