Ante el regreso a clases, los vendedores de uniformes del Centro Histórico de la Ciudad de México han recurrido a su ingenio para poder vender sus productos, al mismo tiempo que ofrecen soluciones para proteger a los estudiantes del covid-19.
El negocio ubicado en el número 22 de la calle de Jesús María, fabrica mascarillas hechas con la misma tela que los pantalones y faldas escolares.
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Bertha, una señora de la tercera edad que trabaja en Uniformes Escolares Piscis, dijo a MILENIO que la idea le surgió a la dueña del negocio con el fin apoyar a los niños y niñas que regresarían a las aulas luego de más de un año de estar tomando clases en línea o televisión.
El cubrebocas de tela está confeccionado con la forma de una mascarilla plisada, está empaquetado de forma individual y tiene un costo de quince pesos, "de todos los uniformes escolares, hay de todos: escoceses, técnica, diurna y los de primaria" dijo. La vendedora detalló que tienen diferentes tamaños, pues estos artículos de protección son para niños y niñas de diferentes grados escolares, que van desde el kínder, primaria y secundaria.
Una de las estrategias que usa este negocio para atraer a más clientes, es la fabricación de adornos para el cabello para las niñas, como diademas, moños y donas, hechos con la misma tela de la falda, artículos que han tenido buena aceptación en las usuarias, que solamente tienen que desembolsar de 15 a 30 pesos para poder adquirirlos.
Sin embargo, pese a introducir nuevas propuestas en el mercado, tanto el negocio donde trabaja la señora Bertha como otros de la zona, siguen sufriendo por las bajas ventas que ha dejado la pandemia. Desde el inicio de la jornada de sana distancia y el cierre de los negocios no prioritarios los afectó gravemente.
Adrián Rosales, trabajador de Uniformes Jenny, ubicado en la calle de Emiliano Zapata casi esquina con Jesús María, asegura que a pesar de que ya hay ventas, no se comparan con las que tenían en 2019, en vísperas del retorno seguro a las aulas. "Con eso del regreso (a clases presenciales) que mencionó el gobierno, empezaron a subir las ventas, pero aún así para nosotros siguen estando muy bajas" señaló.
Rosales recalcó que las dos o tres personas que entran al local hoy en día, no se comparan con las decenas de personas que abarrotaban el negocio en busca de los mejores precios en uniformes y trajes para las escoltas escolares. Asimismo, detalló que las ventas de ropa escolar han bajado entre un 90 y un 95 por ciento.
Los vendedores esperan que el anuncio por parte del gobierno del retorno voluntario a las clases el 7 de junio sea una luz al final del túnel para estos microempresarios que siguen sufriendo por los efectos colaterales que ha dejado el confinamiento: rentas que pagar, salarios y todavía en pensar en reinvertir, por lo que ellos también esperan con ilusión el regreso a clases.
FS