El cultivo de cebolla en comunidades de Altamira se ha convertido en uno de los principales generadores de fuentes de empleo y de ingresos económicos para productores, comerciantes y exportadores en esta región tamaulipeca.
Manuel Medellín Hots, titular de Desarrollo Agropecuario en el municipio, reconoció que la cosecha se encuentra activa y la fortaleza que tiene Tamaulipas es la cercanía con la frontera, situación que los hace muy competitivos.
La calidad comparada con los estados de Puebla, Zacatecas, Morelos, Chihuahua, Hidalgo y Sinaloa ha mejorado y dicho producto ha ido migrando conforme al clima, además de que este cultivo requiere un amplio cuidado de control de hongos, plagas y otros.
“Sí hay un referente de que tenemos buena cebolla en Tamaulipas y en particular este año las cosechas se vieron bastante beneficiadas; tal vez tuvimos problemas de sequía, pero la cebolla está manifestando muy buena calidad, buenos calibres y peso”.
Explicó que el mercado extranjero califica el precio por los calibres de consumo, que son los medianos, el consumo de hogar y el colosal para restaurantes, además de influir el estado a donde va destinado, o el giro que lo consume.
Actualmente, en los ranchos de Altamira que se dedican a la siembra de este producto se puede ver gente trabajando, incluso familias enteras que por necesidad llevan a sus adolescentes hijos.
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Desde que inició el mes de marzo se ha intensificado esta actividad, con trabajos de corte y rebote que es cuando la cebolla lleva a cabo un proceso de quitarle la raíz y las hojas, después se le da un periodo de dos a tres días con mucho sol para que la cebolla esté en condiciones.
Posteriormente se transporta a la corredora y ahí se selecciona por tamaño y calidad, luego se envasa; se estima que el 85 por ciento de la cosecha es de buena calidad por lo cual se procede con la exportación.
Detalló que existen 15 unidades de producción que se dedican al giro de la cebolla, y representan entre 3 mil 800 a 4 mil 500 hectáreas concentradas en Villa Cuauhtémoc, Esteros, Miradores, 3 de Mayo, Maclovio Herrera y Margaritas.
Por su parte, Sergio Vargas González, especialista en Negociaciones Internacionales, explicó que en la urbe industrial trabajan ocho empacadoras las cuales dan cerca de 100 empleos directos por el tiempo que dura la cosecha.
En dos meses aproximadamente es intenso el trabajo, tan solo en los empaques de cebolla, se les paga por día de 200 a $250, considerando el entrevistado es un buen ingreso, ya que dijo no en cualquier lado se consigue dicho pago y menos sin experiencia pues tampoco piden grandes requisitos para entrar.
Los cargadores normalmente reciben una paga de 500 pesos diarios por subir las arpillas a los camiones, aunque hay quienes ganan hasta $800 en un día ya que es un trabajo muy pesado, mientras los que están en campo rebotando la cebolla y preparándose para que la lleven al empa que ganan entre 250 y 300.
“En el campo de la cebolla se les paga diario y se contratan de 100 a 150 personas, aparte se le paga al que la transporta; dentro de todo eso vamos nosotros que somos los comerciantes los que trabajamos con este producto, llegamos con productores a comprar y la distribuimos en el mercado nacional y a Estados Unidos”.
A pesar de las afectaciones que provocó la sequía y la falta de agua en los cultivos se logró buena producción, aunque con una merma del 40 por ciento aproximadamente, comparado con el año pasado. Pese a la reducción hay beneficios, el precio se ha mantenido y las ventas, aunque han sido lentas respecto a años anteriores, sí hay demanda.
En Altamira, el rancho Malvinas que sembraba aproximadamente 1000 hectáreas de cebolla solo logró 700, y se estima que los Grossman y Mejía juntos sembraron 1500.
“Yo me dedico a la comercialización de la cebolla, le compro a los productores y después la vendo hacia las tiendas comerciales y hacia Estados Unidos, lo cual también ayuda mucho a los productores de la zona porque cerca del 85% de toda la producción se va para el extranjero”.
Destacó que la exportación es lo que ayuda mucho a la zona de Altamira, porque la cebolla tamaulipeca es la mejor del país y no tiene punto de comparación con otros estado del país”, indicó
Se estiman aproximadamente 2 mil hectáreas sembradas en los sitios ya señalados y esto significa un total de 60 mil kilos por hectárea o 60 toneladas por hectárea y 120 mil toneladas por toda la cosecha.
VLSS