No cabe la menor duda que uno de los iconos del estado de Guanajuato es la escultura de Cristo ubicado en la cima del Cerro del Cubilete en el municipio de Silao y cuyo origen data de una inquietud de los obispos mexicanos por consagrar un lugar para dedicarlo a Cristo Rey.
A principios del siglo pasado durante la segunda década de este, el promotor de colocar una imagen monumental en el cerro fue el obispo de León, Emeterio Valverde y Téllez, quien realizó las gestiones para la construcción ante el dueño de la Hacienda Chichimequillas donde se ubica el cerro, el abogado y diputado constituyente José Natividad Macías Castorena, de origen sinaloense.
La familia Macías autorizó la construcción del primer monumento a Cristo Rey en los terrenos donde se asienta actualmente la Ermita expiatoria, la primera versión fue construida por trabajadores y creyentes del municipio de Silao, para concluirla pasaron 4 semanas y costó 5 mil pesos y su altura era de 9 metros.
Uno de los factores que permitieron la realización de la obra fue la relación cercana entre el obispo Valverde y Téllez, impulsor del proyecto de construcción del monumento y peticionario de la autorización el otro facto fue la lejana relación entre el constituyente de tendencia moderada, del radicalismo religioso y gubernamental, imperantes en ese momento histórico.
Tras obtener la autorización de la obra el obispo Valverde y Téllez celebró una misa en el cerro el 12 de marzo de 1920 para colocar la primera piedra y el 11 de abril para celebrar la primera edificación del monumento terminado por los habitantes del lugar. Se encomendó la tarea de la elaboración de la efigie a un artesano que, basado en una estatua que le prestó un padre, labró una imagen de tres metros de altura en cantera, sobre un pedestal de seis metros.
Cuentan que el obispo y unas 20 mil personas subieron a la cumbre el 10 de abril y que toda la noche la montaña resplandeció con las fogatas, en cuanto empezó a amanecer el Valverde y Téllez inició la ceremonia.
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Primero bendijo la montaña, la declaró ‘lugar santo’ denominando el lugar como ‘Montaña de Cristo Rey’. Luego bendijo el monumento, e invitó a todos a consagrar el país al Sagrado Corazón de Jesús, Rey de México, y comenzó la celebración de la Misa cuando asomaban los primeros rayos del sol.
La diócesis de León había sido consagrada al culto al Sagrado Corazón desde 1875. Por ello sus fieles se sentían “hijos predilectos”. No fue sino hasta 1920 cuando el obispo dedicó un primer monumento para entronizar a Cristo en el corazón de México y aclaró que desde aquel día el Cubilete se llamaría “la montaña de Cristo Rey”.
Años más tarde, por órdenes del presidente Plutarco Elías Calles, varias bombas acabaron con ese monumento, lanzadas desde un avión del Ejército. Esta violencia provocó la resistencia de muchos católicos, que apoyaron a su obispo en la intención de reconstruir una imagen monumental como testimonio de la firmeza de la piedad popular.
Tras un largo peregrinar en octubre de 1950, en presencia de sus arquitectos Nicolás Mariscal y José Ituarte y del escultor Fidias Elizondo, el nuevo Cristo Rey se instaló en la cima del cerro del Cubilete, santuario uno de los más visitados del país e inmortalizado en la cultura popular con la canción de José Alfredo Jiménez: “Caminos de Guanajuato” El Cristo de tu montaña/ El cerro del cubilete/ Consuelo de los que sufren/ Adoración de la gente/ El Cristo de tu montaña/ Del cerro del cubilete.