Damnificados celebrarán Navidad con casa nueva

En víspera de la Navidad la señora Marcia del Rocío Xolalpa, recibió el mejor regalo: una casa.

Su casa es una de las que donó la Fundación Slim en el pueblo San Luis Tlaxialtemalco, en Xochimilco. Nelly Salas
Notimex
México /

En víspera de la Navidad la señora Marcia del Rocío Xolalpa, recibió el mejor regalo: una casa. Atrás quedaron los días de sufrimiento y llanto después de perder su patrimonio por el sismo del 19 de septiembre

Ella cumplió su sueño, podrá celebrar la noche buena en su hogar y en compañía de su familia. Abre los brazos como si pudiera abrazar el edificio rosa con ventanas blancas; ella no eligió el color, sino los arquitectos pero asegura que es su preferido. 

Su casa es una de las que donó la Fundación Slim en el pueblo San Luis Tlaxialtemalco, en Xochimilco, y aunque hay otras iguales, ella afirma que la suya es la más bonita. 

Hace 15 meses vio cómo su casa se derrumbó y se quedó sin nada, junto a sus dos hijos, de 27 y 28 años de edad, y su esposo. “Fue muy difícil, no sólo para mi, también mis vecinos. Perdimos todo, algunos fuimos con otros familiares y otros a rentar”, dijo. 

Previo a la entrega simbólica que encabezó la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la señora Marcia apenas pudo contener las lágrimas al ver su nuevo hogar. “Estoy muy contenta, muy conforme con lo que nos dieron, tiene cuatro recámaras, justo lo que necesitábamos. Estoy muy feliz, esta será la mejor Navidad”. 

El señor Alfonso también es uno de los beneficiados, él recibió una casa roja. Reconoció que cuando vio la demolición y el predio vacío dudó si su casa volvería a estar de pie, e incluso después de iniciar los trabajos no estaba muy convencido, “me parecía un sueño”. 

“No queríamos desalojar, pero con el sismo se dañó muchísimo nuestra casa. Los de la fundación nos prometieron una reconstrucción, pero esto es mucho más de lo que esperábamos”, asegura mientras abraza a sus dos hijas y a sus dos nietas. 
“Antes mi casa era de un solo nivel con cuatro habitaciones, en total habitamos siete personas; ahora tenemos más espacio para vivir, somos de familia acomodada, esto es mucho más de lo que esperábamos, estamos muy agradecidos”, expuso. 

Junto con su familia preparó tamales y ponche para repartir entre los vecinos; es agricultor en una chinampa en la que siembra tomillo, mejorana y aseveró que está muy contento por la casa en la que vivirá con su esposa, su hijo y su nuera. 

El octogenario agradeció a las autoridades y a la fundación que colaboraron en la construcción de su vivienda, y sostuvo que el apoyo será mutuo y pondrá de su parte para conservarla y mantenerla, y además colaborará en lo que requiera el pueblo. 

Su esposa Petra esperó sentada la entrega de su casa, a la que le colocaron un moño. No pudo contener el llanto al recordar que con el temblor su casa se hundió 30 centímetros y después tuvo que ser demolida. 

Hoy la espera un nuevo hogar, una casa color naranja con una cornisa con tejas rojas, en la esquina de las calles Floricultor y 16 de septiembre.

JOS

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