Desde hace 9 años radica en Guadalajara, Jalisco. Libia Plaza fue la última en salir de Venezuela. Su familia se dividió. Nadie quería la calidad de vida que tenían en su país. Primero lo hizo su hijo Juan Carlos que hoy radica en Italia; luego, Lizbeth tomo la decisión y eligió Guadalajara, al igual que Daniela quien ya obtuvo la nacionalidad mexicana.
La mujer de 64 años de edad vivió desde la perla tapatía el régimen de Nicolás Maduro. En carne propia el gobierno del finado Hugo Chávez. “Uno peor que el otro; después de que llegó Maduro decíamos ay no preferimos a Chávez, pero de verdad que uno empezó a dañar Venezuela y el otro lo remató”. Ahora ríe y lo platica. La situación de Venezuela era insoportable. Un intento de secuestro exprés la orilló a dejar su país. “Me persiguieron unos motorizados para robarme el carro, eran dos, querían llevarme. En ese tiempo hacían mucho secuestro exprés. Fue el susto más grande, logré zafarme; me metí un estacionamiento; dije: estoy peligrando” y escogió Guadalajara para vivir. La decisión era sencilla: aquí están sus hijas y su nieta. Una pequeña que de repente las cuestiona sobre qué es vaina, coño, cónchale; arrechera y chama, expresiones que aún utilizan.
“Allá no hay autoridad, todos hacen lo que les da su gana; entonces (los delincuentes) están protegidos por el sistema. Allá nadie ponía una denuncia, una queja, ni nada”. Por eso, arregló maletas y vendió sus bienes.
Ahora, ahí sentada en una de las bancas de la Glorieta Chapalita, Libia admite que nunca pensó ver caer a Nicolás Maduro. Juan Guaidó es la salvación, es la salida. “Él tiene un currículo político importante, vale la pena que luche y haya tomado esa decisión; será que el rompa esa cadena”. Desde Guadalajara lo vamos apoyar. “Maduro está acorralado, tiene que salir, no le queda otra, salir”.
El amor a Venezuela no muere. Eso queda aquí en el corazón. Además los tapatíos y tapatías es gente hermosa, como en mi país. Hay amabilidad, calor humano; los climas; todo muy bello.
En nueve años, solo ha regresado a su país el día que murió su madre, pero dije: ya no más. “Toda mi familia estaba fuera, mi madre faltaba, pero ya no. Salieron primos, tíos, hermanos, mis hijos, todos”. Hoy tiene cuatro nietos: tres que nacieron en Venezuela y una mexicana.
Este sábado, la señora Libia, su hija y nieta formaron parte del centenar de venezolanos que se reunieron en la Glorieta Chapalita para mostrar su apoyo a Juan Guaidó. “Hemos dado el primer paso, que es libertad para Venezuela”, esbozó emocionada.
Desde Guadalajara, espera “libertad para Venezuela”
Después de sufrir un intento de secuestro exprés en su país natal, hace nueve años decidió hacer maletas y dejar Venezuela para vivir en la Perla Tapatía, donde ya la esperaban sus hijas y su nieta.
Guadalajara /
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