En un acto cargado de emoción y amor, amigos y familiares se reunieron en las capillas funerarias para despedir al pequeño Paquito , quien partió de este mundo el pasado sábado tras caer del techo de una bodega en el municipio de Monterrey.
Estaba próximo a cumplir 15 años el 23 de agosto y fue recordado por aquellos que lo amaban con una despedida que seguro quedará grabada en los corazones de todos los presentes.
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“Compartimos con las personas que vinieron una rebanada de pastel, hubo dulces, hubo globos, le cantamos las mañanitas, le aventamos una porra, a él le gustaban mucho las fiestas, entonces él me preguntaba días atrás que qué le iba a hacer de 15 años. Yo le decía ‘mi amor, no sé, no hay presupuesto’, pero todo se acomodó así, y bueno no es la manera en la que hubiéramos decidido, realmente mi corazón está dolido pero a la vez muy agradecida”, dijo su mamá Sara.
Durante la despedida se compartieron bolsitas de dulces, se partió un pastel y se intercambiaron muchos abrazos, como un tributo al joven que dejó huella en la vida de quienes lo conocieron.
Sus compañeros del tercer grado de una secundaria de Apodaca, se dieron cita para pasar por última vez la lista.
Con voz firme y unidos en el dolor, al mencionar el número de lista de Paquito, todos respondieron al unísono “presente”, un gesto conmovedor que demostró la unión y el cariño que existía entre ellos.
“Los compañeritos, como ya estaba en tercero, a punto de salir a su nueva preparatoria, le entregaron una camisa con mensajitos, algún detallito, arreglos y fue muy emotivo el hecho de que estuvieran aquí acompañándonos. Él ya está en donde no hay mejor lugar, está con Dios y agradecerles el haber estado con nosotros”, señaló su papá Oliver.
Aunque su partida deja un vacío en los corazones de todos, su recuerdo seguirá vivo en cada risa compartida, en cada abrazo y en cada melodía de las mañanitas entonadas en su honor.
mrg