En medio de la autopista Eco-Bulevar León-San Francisco del Rincón se encuentra la Química Central de México que desde hace años está abandonada, y ahora sus instalaciones se han visto invadidas constantemente por personas que desvalijan, saquean y roban materiales en el lugar.
Tan solo hace dos años previo a la pandemia, justo en el estacionamiento se encontraba un guardia de seguridad que cuidaba de las instalaciones, pero tras realizar un recorrido por MILENIO se pudo constatar que este ya no está, y además se logró documentar al menos una familia de tres personas que martillaban y rompían materiales sin saber sus motivos.
Justo atrás de la planta se encuentra una enorme montaña de cromo, mismo que se ha estado esparciendo a lo largo de la zona debido a los fuertes vientos que lo recorren.
De acuerdo a especialistas, el cromo es un metal que se encuentra en rocas, animales o plantas y puede encontrarse en los tres estados de la materia, sin embargo es un metal tóxico para la salud.
Su exposición ocurre al respirar aire contaminado así como consumir alimentos y beber aguas contaminadas, lo que puede producir anemia, dañar los intestinos e incluso cáncer.
Esta planta fue suspendida el 26 de abril del 2017 por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) quien sancionó a la empresa con una multa de aproximadamente 396 mil 247 pesos por daños ecológicos irreparables.
Además el riesgo no es solo para las personas que van al lugar para saquear materiales, sino también para quienes hagan uso de ellos pues se desconoce si por necesidad los vendan a precio por kilo o incluso los utilicen para fabricar herramientas de uso común y comercializarlas.
AIIL