Miriam Padilla Flores siempre tuvo la inquietud de trabajar con mujeres. Mientras realizaba la tesis de investigación de su maestría comenzó a leer sobre las parteras de Xochimilco. Movida por su curiosidad sobre si aún existían, y tras cursar un congreso internacional en San Cristóbal de las Casas, por primera vez en su vida sintió que pertenecía a un lugar.
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Miriam pensó: “esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida, y entonces dejé la maestría, dejé la ciudad, dejé a mi pareja; dejé todo y me fui a hacerme partera. Encontré una escuela en San Miguel de Allende que era una de las pocas que estaban aceptando mujeres que no éramos indígenas y que no veníamos de una tradición de tener una abuela partera, y ahí estuvimos estudiando un rato”.
Oriunda de la Ciudad de México llegó tiempo después a tierras jaliscienses, donde se ha desarrollado como partera en Casa Aramara, un espacio donde se siguen los principios de atención del parto en casa y la filosofía del modelo de partería.
En sus poco más de 10 años como partera ha atendido casi 400 nacimientos. Considera que el que sean una opción dentro del sistema de salud implicaría que las mujeres tendrían la libertad de ejercer sus derechos sexuales y reproductivos. Aunque el OPD de la Secretaría de Salud Jalisco cuenta con 58 parteras capacitadas, y que el programa IMSS-BIENESTAR interactúa con más de 6 mil 600 parteras en 18 estados del país, aun persiste el estigma contra ellas.
“Creo que uno de los grandes retos es que se entienda que la partería es un modelo de atención que puede bajar los niveles de violencia obstétrica, de muerte materna y de muerte perinatal”, dice Miriam. “Las parteras estamos preparadas. Actualmente estoy haciendo una maestría en sexualidad y género, entonces con mucha frecuencia las parteras nos estamos entrenando y preparando y estamos actualizándonos”, añade.
María Cortés, directora y una de las parteras profesionales de Casa Aramara, explicó que ella y sus compañeras se formaron en una escuela de partería, por lo que cuentan con un título y una cédula, pero también hay parteras tradicionales empíricas y las autónomas, quienes se forman gracias al aprendizaje de otras.
En Jalisco, dijo María, han hecho un camino largo, pero para un municipio tan grande como Guadalajara, y en la zona metropolitana son muy pocas las mujeres que ejercen este oficio por lo que es una necesidad urgente que el número aumente.
María aseguró que “en Jalisco todavía, donde sabemos, no se han contratado parteras en el sistema de salud público. Por ahí se abrió una plaza en uno de los hospitales, pero todavía no está como muy establecido.
Me imagino que entre un poco el desconocimiento y la escasez de parteras, pero sí está como viendo esa necesidad y a reconocer que se necesita la figura de la partera en el sistema de salud pública”.
Para tener acceso a esta opción de parto, María explicó que las mujeres se someten a una revisión médica para asegurar que están sanas y no tienen un embarazo de riesgo, y que son candidatas a no tener complicaciones durante la labor en casa. Además se les da un acompañamiento durante todo su embarazo.
Con motivo del Día Internacional de la Partera, que se celebra el 5 de mayo cada año, María Cortés recordó la importante labor que realizan porque justo, dijo, cuidan la salud de las mujeres y con ese cuidado, o en el acompañamiento que es muy personalizado y con mucho cariño, también forman un vínculo con cada familia.
SRN