El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración de los Fieles Difuntos, ante la creencia que en esta fecha el espíritu de nuestros seres queridos que se adelantaron, regresa del mundo de los muertos para convivir con nosotros.
En su forma más tradicional de siete pisos o niveles, se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz o también se asocia a los siete pegados capitales.
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¿Qué no puede faltar en un altar de muertos?
En su elaboración se debe considerar diversos elementos que no pueden faltar:
- Fotografía del difunto
- Papel picado
- Comida favorita y bebida de nuestro fallecido
- Objetos personales
- Calaveras
- Pan de Muerto
- Arco
- Cruz
- Ornamentos aromáticos (simbolizan la purificación del alma)
- Diversas especies de hierbas de olor
- Flores de cempasúchil como ofrenda en todo el altar y sepulcro
- Sal
¿Qué va en cada nivel y qué representa?
En el primer escalón va colocada la imagen de un santo del cual sea devoto.
El segundo se destina a las ánimas del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí.
En el tercer escalón se coloca la sal, que simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio.
En el cuarto, el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan.
En el quinto se coloca el alimento y las frutas preferidas del difunto.
En el sexto escalón se ponen las fotografías de las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar.
Por último, en el séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la lima.
El altar debe finalizar con el camino de las ánimas qué es guiado con veladoras para que ellos sepan cuál es el camino para venir a visitarnos.
JMH