¿Cuándo poner el altar de muertos? Esta es la tradición

La tradición popular señala un día para cada caso, desde los más antiguos difuntos hasta los que no tiene familiares o los que fallecieron en condiciones de accidente y más

La tradición ancestral de culto y respeto a los muertos en la zona huasteca se establece como fechas de alta importancia
Aristeo Abundis
Tamaulipas /

La tradición ancestral de culto y respeto al Día de muertos en la zona huasteca se establece como fechas de alta importancia y que son motivo de eventos diversos que van en una mezcla de festejo.

Son tradición cultural y folclórica, sincretismo con el catolicismo y los rasgos de fiesta pagana que se supone se daban previo a la conquista española.

En este contexto, uno de los ingredientes o componentes del todo de las fechas es sin lugar a dudas el altar de muertos, el nicho de respeto y adoración a quienes, de acuerdo a la tradición llegan como cada año para una mezcla entre vivos y los que ya no están.

Así luce el altar de Día de Muertos en el museo Frida Kahlo (Cortesía: Javier Hinojosa).

¿Cuándo se pone el altar? 

La tradición indica que hay incluso días específicos para cada tipo de muertos y en algunos casos se inicia con la colocación de la primera ofrenda el día 28 de octubre, para ese día ya debe estar colocado el altar elaborado a base de estribillo, palmilla o algunas otras ramas de diversos arbustos, la decoración lleva ineludiblemente a la flor de cempasúchil, que también es conocida como rosa de muertos, este día se coloca una veladora, una flor blanca en medio del altar, lo que servirá una vez encendida para recibir a las almas o animas solas, que según la creencias vienen aunque no tengan a quien acompañar.

El 29 de octubre, se enciende otra veladora, se coloca un vaso de agua de acuerdo a esta misma tradición y se dedica a los difuntos desamparados, olvidados o en algunos casos, que se fueron sin conciliar diferencias con sus familiares.

Para el treinta de octubre se coloca la tercera vela –detalla la tradición popular- se coloca un vaso de agua, una pieza de pan blanco o sin dulce y se dedica a ellos quienes se fueron sin comer o murieron en un accidente.

El 31 de octubre, ya con los ingredientes anteriores, se enciende una veladora más, mas pan blanco y ahí se agregan las frutas, tanto en la mesa central como a manera de adorno en torno al altar, todo esto dedicado a los ancestros cercanos, principalmente abuelos y bisabuelos.
El altar de muertos incluyó el busto de Venustiano Carranza que estaba instalado en las antiguas instalaciones.


Los días de muertos

El día uno de noviembre es el día dedicado a todos los santos, es el día que llegan las almas que fallecieron siendo niños y en este día, se empieza a colocar la comida colocada ex profeso, principalmente tamales, atole, dulces, pan y en la misma creencia se agrega alguna comida que pudieran pensar, sería del gusto de las almas que llegan.

El día dos de noviembre, puede considerarse como el día general de festejo, es la llegada considerada de los fieles difuntos, estas almas llegan a recoger la ofrenda que sus familias colocan en donde si se agregan otros ingredientes como vinos, licores, tabaco, café y comidas diversas que se supone le gustaban en vida a los ahora fallecidos, en esta situación, se considera el día más grande del ritual o festejo.

Altar de muertos en memoria al escultor Salvador Mitre en la Casa de la Cultura.


¿Cuándo se retira el altar de muertos? 

El día tres de noviembre, se enciende una última veladora blanca, se hace ritual de despedida de las almas que tendrán que irse para ser autorizadas a regresar el año siguiente, se retira la ofrenda y, aunque no en todos los casos ni todas las regiones, se dejan las veladoras encendidas y opcionalmente la fotografía de cada ser querido y en todos los casos, la tradición supone que la luz de las veladoras los guiará de regreso y también en algunos casos, el altar continua hasta el último día del mes.

Esta tradición es prácticamente de dominio público, el sustento está solo en la creencia, no hay un manual o un referente escrito de la forma de celebrar los llamados días de muertos que tenga la certeza de haber sido redactado a manera de reglas de colocación.


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