Una hora antes de abrir sus puertas, el panteón Guadalajara ya tenía una fila de visitantes, que esperaban ansiosos a que el reloj diera las 8.
Formada y con sus ramos de flores en mano, Delia y su familia querían ser las primeras en entrar.
"Ahorita no hay tanta gente y más cómodamente podemos caminar", dijo Martha Delia López.
Marco también llegó temprano. Su misión era visitar la tumba de su madre antes de hacer el resto de sus obligaciones.
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"Tengo que trabajar ahorita temprano, entro a las 10 de la mañana y vengo a visitarla primero a ella", dijo Marco Antonio Ventura.
A las 8 en punto abrió el panteón y de ahí hasta que terminó la jornada del Día de Muertos, la afluencia de visitantes fue constante.
Los ramos de flor de cempasúchil resaltaban entre las olas de gente. Personas de todas edades ingresaban al camposanto con flores, baldes y escobas.
Los comerciantes de flores, comida y agua percibieron una afluencia mayor incluso a la de otros años previos a la pandemia.
"Ha habido mucha gente en respuesta a lo del covid, como que ya nos estamos acordando de nuestros muertitos", comentó Norma Luján
En el marco del Día de Muertos, el panteón también fue el lugar ideal para los vendedores de planes funerarios.
Pero no todo fue felicidad en el panteón Guadalajara, la falta de agua en las llaves provocó que las pipas hicieran acto de presencia y que la fila en los baños fuera más larga y lenta de lo normal.
A lo largo de toda la jornada hubo seguridad y vigilancia en el camposanto, con elementos de policía municipal, Protección Civil, Cruz Verde, Cruz Roja y DIF.
JMH