Los factores ambientales son responsables de más del 90 por ciento del desarrollo de diabetes en la población en este país. La Federación Mexicana de Diabetes informó que al menos 9 millones de personas viven con esta condición actualmente. Además, hay muchos que hoy desconocen que tienen el padecimiento.
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México es un país en donde se privilegia el ambiente obesogénico. En cada esquina hay tiendas en las que predomina la venta de productos ultraprocesados, con porcentajes de grasa, sodio y azúcar por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto provoca obesidad, que está directamente ligada la aparición de esta enfermedad.
El pasado 14 de noviembre se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes, afección que ocupa el tercer lugar en causas de muerte en el país. De acuerdo con Ivonne Ayala González, nutrióloga y trabajadora social con maestría en estudios regionales, es un error pensar que tanto la obesidad como la diabetes son un problema individual y que se pueden solucionar con fuerza de voluntad.
“Somos el resultado de una combinación de factores o dimensiones que van de lo biológico, psicológico, social y cultural (…) Los ambientes obesogénicos están enfocados a un consumo masivo de alimentos ultraprocesados que limitan el acceso a alimentos saludables, no es imposible, pero el ambiente favorece justo lo que no debemos consumir si queremos que nuestra calidad de vida mejore en términos nutrimentales”, dijo.
El ambiente obesogénico es el que promueve malos hábitos alimenticios a través del alto consumo de productos nocivos para la salud, así como su publicidad excesiva o no regulada, con productos industrializados a bajo costo. “Un ejemplo a destacar es si tienes sed no hay bebederos públicos como los había de manera habitual hace algunas décadas. En el momento en que se privatiza el agua y se privilegia el consumo de bebidas azucaradas, nuestro cuerpo no se adapta a ese cambio y la respuesta natural es la presencia de las patologías”, explicó la también profesora del Iteso con experiencia en nutrición comunitaria.
“Hablo desde la realidad que se vive en las ciudades, pero en zonas rurales sabemos que existe la presencia de bebidas industrializadas que han desplazado el consumo de agua pura, sabemos también que hay lugares donde no llega el agua potable y lo que nunca faltará en el poblado más alejado del país serán, lamentablemente, las bebidas azucaradas”, agregó.
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Estudios hechos desde una perspectiva sociocultural dicen que los grupos mayormente afectados son aquellos que pertenecen al estrato medio y de ahí hacia abajo. Aunque esto, aclara Ayala, no significa que la población de los grupos socioeconómicos más privilegiados quede exenta a desarrollarla. Sobre las políticas de gobierno encaminadas a la prevención y tratamiento de la diabetes, Ayala destaca un interés marcado y diferenciado, en comparación a Administraciones pasadas.
“Algunas propuestas que se relacionan a esto son informar de manera sencilla a la población sobre qué ingredientes críticos consumen en exceso (críticos porque en exceso se asocian a una patología). Esto lo vimos de manera reciente con el etiquetado de advertencia en los productos ultraprocesados. Para personas con condición de diabetes es una manera de evitar el consumo de ciertos productos que para ellos no implicaban riesgo, justo por desconocer si contaban con azúcares añadidos u ocultos porque los etiquetados anteriores no eran claros para los consumidores”.
La Secretaría de Salud ha retomado lo que se conoce como La Dieta de la Milpa, que es un modelo de alimentación saludable basado en la cultura y características regionales de la alimentación mexicana. “Muestra de manera sencilla las ventajas de hacer el consumo de alimentos naturales, regionales, de temporada y que se apegan a la cultura alimentaria de los lugares en donde nos ubicamos. En la medida en que las poblaciones retoman las dietas tradicionales sus niveles de glucosa tienden a descender o estabilizarse”, explica la nutrióloga.
Para la experta es necesario: diversificar la oferta gastronómica donde existan mayores opciones de alimentación saludables, regular la publicidad de alimentos de alto contenido calórico y nulo valor nutrimental, mejorar la planeación urbana con banquetas en condiciones de transitar sin riesgo en ellas, acondicionar y dar mantenimiento a espacios que fomenten el ejercicio al aire libre; crear vialidades para incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte; contar con bebederos públicos en centros educativos, parques y plazas; abrir lactarios que faciliten la lactancia materna, mejorar las condiciones de seguridad pública y, por supuesto, políticas públicas que tiendan a cambiar el panorama actual.
Para contrarrestar los efectos negativos, es importante el trabajo entre profesionales de la salud, un acompañamiento que atienda lo nutrimental y las emociones relacionadas al acto de comer.
En México, la prevalencia de casos de diabetes en adultos mayores es del 15.6 por ciento, cifra significativamente mayor a la prevalencia de diabetes en el resto del mundo, que corresponde al 8.5 por ciento, con respecto a los datos arrojados por la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) de 2020 que se enfocó en la covid-19.
CLAVESRiesgoVida sedentaria, hábitos alimenticios con alta ingesta de azúcares y grasas, padecer sobrepeso u obesidad y predisposición genética.
Síntomas
Polidipsia: sed excesiva; poliuria: micción frecuente; polifagia: cuando el hambre no disminuye en un periodo corto y después de comer; pérdida de peso. Un nivel de glucosa sanguínea de más de 200 mg/dL después de dos horas indica diabetes, entre 140 y 199 mg/dL indica prediabetes.
Atención
La SSJ cuenta con una plataforma en la cual el usuario realiza una autoevaluación sencilla y gratuita del nivel de riesgo a su salud en conocetuscifras.ssj.gob.mx.
MC