Diócesis de Tula: cero tolerancia a la pederastia

La diócesis de Tula mantiene cero tolerancia a presuntos casos de abusos sexuales a menores

Juan Pedro Juárez Meléndez, obispo de Tula. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Tula de Allende /

La diócesis de Tula mantiene cero tolerancia a presuntos casos de abusos sexuales a menores y prueba de ello es el procedimiento eclesiástico que sigue en curso para determinar la responsabilidad de un sacerdote en un supuesto hecho registrado hace algunos años en Mixquiahuala, refirió el Obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez. 

“Hoy más que nunca el trabajo es de tipo preventivo y si resulta algún caso como nos los ha dicho el Papa a todos los obispos: tolerancia cero”, detalló en entrevista. 

Recordó que “hubo un caso muy sonado: el de Mixquiahuala, y sigue todavía el proceso eclesiástico; cuando haya alguna determinación les diré en qué terminó la cosa”. 

El obispo expresó que el proceso está vigente, aunque, “como cualquier otro proceso de tipo administrativo o judicial, ¿De quién depende que dure o no dure? Primeramente de la colaboración de las personas que saben del caso y principalmente del interesado”. 

Juárez Meléndez externó que “a través de los tribunales eclesiásticos, se hacen citatorios, las actas, las entrevistas; se hace todo un expediente y se ve por donde va la verdad de las cosas, se va procediendo” y en el caso particular de Mixquiahuala “sí hay avance; ya estamos esperando la última determinación, que la tiene que dar Roma”. 

El titular de la diócesis desde hace 12 años, expresó que en lo que va de su mandato sólo se han presentado dos casos: “cuando llegué a la diócesis encontré uno (finalizado), y simplemente ya comuniqué el resultado: se le excluyó al sacerdote del estado clerical, ese fue uno, yo ya lo alcancé trabajado, y luego el de Mixquiahuala”. 

Puntualizó: “a veces se hace uno a la idea de que si tengo cien sacerdotes, 50 tienen ese problema: no, no realmente, aquí de 85 sacerdotes en 12 años que llevo, puedo dar fe de este caso que llegué, y ya estaba cerrándose, y el otro que está en proceso, por cerrarse”. 

El obispo sostuvo que “ahora hay más consciencia, consciencia de qué, de denuncia; y hemos estado insistiendo a la gente: si saben de algún caso denúncienlo, porque de no ser así cómo puedo actuar, y cuando hablo de denuncias, una denuncia formal, escrita”. 

Aunque admitió que esa conducta “es tan grave que si yo recibo la denuncia nada más de manera oral no me puedo quedar callado; la ley de asociaciones y culto público me obliga a dar parte a la autoridad civil, y decirle: tengo estos datos y recurro a ustedes para cumplir con este artículo 12 Bis, de la ley”. 

Primero, dijo, “para cumplir lo de la tolerancia cero y en segundo para que no me vayan a tratar de cómplice; el Papa, si a algún obispo le comprueba complicidad en algún caso, pues simple y sencillamente lo destituye del oficio de estar al frente de la diócesis, así están las cosas y bueno son para bien de todos”. 

Juárez Meléndez fue enfático al referir que “con un solo caso que tuviéramos ya es motivo de vergüenza y de pedir perdón a las víctimas, porque no debería suceder eso, menos en el pueblo de Dios”. 

Consideró en que “en este encuentro del Papa con los obispos, presidentes de las conferencias episcopales de cada país, van a llegar a conclusiones y compromisos todavía mucho más exigentes”. 

Finalmente el obispo dijo que la diócesis de Tula está trabajando en labores de prevención desde el seminario. 

“Tenemos un trabajo de prevención desde la formación del seminario, porque todos los problemas que a veces surgen en la vida de la comunidad propiciados por algún sacerdote, bueno, comienzan desde la formación de los alumnos en el seminario”. 

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