Hace 14 años, Brítanny decidió decirle a su mamá la verdad: "le dije que yo no era hombre, que era mujer y que Dios se había confundido con mi cuerpo de hombre con el que no me sentía identificada".
Fue así como comenzó su lucha diaria por ser mujer, por aceptar una realidad a la que se enfrentaba todos los días y acudió a un especialista para tratar el tema, así que desde hace 14 años inició su tratamiento hormonal y en dos meses, su voz grave comenzó a transformarse, sus pechos irían creciendo de a poco a lo largo de los años, "y acudí a terapia para tratar este inicio de mi transformación", dice.
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Eso no ha sido lo más complicado. Socialmente fue criticada, "pero a mí me valió, se tuvieron que adaptar, así como yo con mis cambios, mismos que, cuando los empecé a notar, me sentía más feliz, aunque sigo sin estar satisfecha hasta que me hagan la operación de cambio de sexo".
Actualmente, Brítanny trabaja en una empresa de ropa en Pachuca, donde solo la jefa de recursos humanos y su jefe saben que es una mujer trans, "y pues yo les digo que no quiero que nadie se entere, porque no deseo problemas con los demás, o que me miren mal, solo quiero trabajar y seguir creciendo profesionalmente.
"De hecho, en la entrada de mi trabajo han colocado una pancarta donde presumen que son una empresa incluyente, lo cual me incomoda porque siento que todo mundo se anda preguntando quién es parte de la comunidad, y como tengo subalternos, les digo que dejen de observar porque se debe respetar".
En el trabajo, señala que debe estarse retocando el maquillaje el cual tarda todos los días en ponerse de forma correcta, "y cada mañana tardo dos horas en arreglarme, en salir como mujer y me encanta", dice, mientras baja la manga de su blusa a la altura del hombro.
Cuando cuesta comenzar la transición a mujer
Brítanny debe guardar cada mes un porcentaje de su salario, ya que su tratamiento hormonal tiene un costo de 2 mil 500, "y luego se me complica porque también debo guardar para ir juntando para mi cirugía, que más o menos está en 250 mil pesos, es mi sueño, lo voy a lograr y no me rendiré hasta que lo consiga", platica.
Ya ha tenido intervenciones quirúrgicas, una de pecho y otra llamada lipotransferencia, que consiste en mover grasa de áreas de las que se puede obtener de su propio cuerpo, como los muslos y el abdomen, e inyectarla en los glúteos.
"Mira, la primera lipotransferencia me dejó muy bien, pero quiero más trasero, así que ando engordando un poquito para podérmela realizar", dice entre sonrisas, "aunque no me gusto gorda, pero es para que pronto quede mejor".
Al preguntarle sobre el dolor adquirido en cada una de estas intervenciones, asegura que no le da miedo, "cuando siento el dolor, creo que me acerco a lo que realmente quiero tener, ser y verme, ese es mi medicamento y sé que en menos de un mes el dolor disminuirá, aunque lo que incomoda es la faja que debes utilizar para que todo quede en su lugar", explica.
Brítanny tiene 28 años, estudió diseño y actualmente realiza algunas prendas de lencería que se venden en Hidalgo, "pero no me quiero quedar aquí en Pachuca, quiero seguir creciendo en el área que trabajo, así que pronto me iré a Monterrey, donde ganaré más para poder ahorrar más y conseguir la operación deseada".
Todas las tardes, después de regresar de trabajar, Brítanny se sienta a comer mientras observa videos de personas que se han sometido a las diversas cirugías que se requieren para la transexualidad femenina.
"¡Mira!, aquí hay una, es una operación para que tu rostro sea más fino, como el de una mujer, pero primero quiero hacerme la orquiectomía para extraerme los testículos, ya después la penectomía y lo que falte para tener vagina", dice, mientras se observa en el video a una persona trans que describe la operación que le han realizado en el rostro, mientras una venda rodea su cara y sus ojos, así como párpados, los cuales muestran moradura.
En lo que sí está pendiente, es el momento en el que pueda entregar sus documentos para poder cambiar el nombre de su acta de nacimiento y evitar con ello explicaciones cuando solicita trabajo, "porque contratarán a una mujer", mientras tanto, continúa abriéndose oportunidades con su trabajo, y el portafolio que está conformando para ser una diseñadora de modas.
"Yo solo pido respeto, somos criticadas porque criticamos muchas veces que una mujer no se produzca más, es decir, que se arregle, que se maquille y peine, porque yo no puedo salir al supermercado sin estar arreglada.
"Otra situación es el acoso de los hombres, pero uno los para, pero lo que siempre pelearé es que en mi trabajo me traten como mujer, porque lo soy, y no descansaré hasta que mi sexo sea el de una mujer", concluyó.
El llamado internacional
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que es indispensable tener en cuenta que las personas homosexuales, bisexuales, transgénero o intersexuales (LGBTTI) son víctimas de acoso, tortura, detenciones arbitrarias e incluso de asesinato en todo el mundo, a menudo con total impunidad.
El Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia es la expresión de respeto de una sociedad, en la que se acepta la diversidad y se reconocen los derechos de las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género, creando un ambiente de respeto hacia las personas de esta comunidad.