¡Di que sí! ¡Di que sí!... era el grito que trabajadores del sindicato petrolero hacían escuchar durante las visitas del entonces presidente José López Portillo para que Ciudad Madero contara con un dique seco y ahorrar los millones de dólares que se gastaban en el mantenimiento de embarcaciones.
Esta obra gestionada por Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, comenzó a solicitarse en el sexenio de Adolfo López Mateos, luego con Luis Echeverría, y finalmente López Portillo aceptó invertir en la importante obra, inaugurada hasta el 28 de junio de 1983 por Miguel de la Madrid.
Este lunes cumple su 38 aniversario. Fue la persistencia de la clase obrera petrolera la que atrajo uno de los proyectos que permitió duplicar empleos y con el paso del tiempo, las mujeres han sido tomadas en cuenta.
El Dique Seco de Ciudad Madero nace de la necesidad de dar mantenimiento a las embarcaciones de la flota petrolera ya que se gastaba mucho en el cuidado de su infraestructura. En esa época contaban con un aproximado de 30 embarcaciones.
La cronista de la ciudad, Carolina Infante Pacheco, recordó que si hoy en día existe el Dique Seco, fue por la gestión de don Joaquín Hernández Galicia.
“Durante las asambleas cuando venía el Presidente a alguna inauguración o a alguna visita a la zona, los petroleros le gritaban ¡Di que sí! ¡Di que sí!... era ese grito de batalla para insistir en dar presupuesto a la obra del Dique Seco para reparaciones de los barcos”.
Con esa obra en la zona conurbada, se evitó tener que acudir hasta el puerto de Veracruz, que era donde estaban los diques de mantenimiento.
“Cuando se instala el dique, el primer barco que atendió fue el buque 18 de marzo y la plantilla laboral de más o menos mil trabajadores aumentó a más de tres mil, porque ya entraban en operaciones lo que eran obras portuarias, de mantenimiento y reparaciones”.
La cronista de Madero, recordó que esta buena nueva, trajo grandes expectativas en el crecimiento de plazas laborales, pues no solo hubo oportunidad para paileros, electricistas o soldadores, sino también para especialidades muy específicas de entrada y salida de los barcos, lo que reforzó la productividad.
El manjar del pescado por mecanismo en el Dique Seco
La función del Dique Seco se da al momento de abrir las compuertas y dar entrada a los barcos que serán atendidos, como si fuera una cochera, pero donde empieza a drenar el agua del río Pánuco, y sin querer capturaba una gran cantidad de peces, que era manjar entre los trabajadores.
Carolina Infante contó esta anécdota, luego de que ella trabajó en el dique Deponente, pero vio de cerca el nacimiento del Dique Seco y su extraordinaria magnitud.
“Es como una cochera por llamarlo de alguna manera. Una vez que está adentro el barco empieza a drenar el agua, de tal manera que va asentándose en unas camas, pero en realidad son troncos de madera que una vez dentro detiene al barco”.
Menciona que era un deleite la captura de pescados porque quedaban atorados, un manjar que se repartía entre mucha gente porque de alguna manera iban a morir; un festín.
La influencia de La Quina dio a Madero obras de gran relevancia
Las obras gestionadas por La Quina son de gran relevancia, comentó Infante Pacheco, pues esta clase de mantenimiento era costoso, pero actualmente son pocas las embarcaciones que ahí se atienden, quizá porque son viejas y es mejor invertir en barcos nuevos.
El líder del sindicato petrolero, gracias a su poder de convencimiento, consiguió que desde la Presidencia de la República se hiciera de Madero un lugar consolidado, afirma la entrevistada.
“La Quina fue el personaje más fuerte que tuvo el sindicato petrolero, si bien es cierto tuvo muchos aciertos, también tuvo sus errores, era humano, pero atrajo relevancia y desarrollo y sobre todo la atención del poder desde la Presidencia de la República”, dijo.
Al mismo tiempo, usaba su influencia con la clase trabajadora, que no dudaba en apoyar sus gestiones.
Por su parte, la Vocería de Petróleos Mexicanos informó que el Dique Seco lleva el nombre de “Ignacio Ramírez Zúñiga”, en honor a uno de los trabajadores; se localiza en la Terminal de Almacenamiento y Servicios Portuarios.
Brinda servicio tanto a la flota mayor como menor de Pemex, así también a embarcaciones privadas. Cuenta con un cuenco de 250 metros de longitud, 37 metros de anchura libre y 12 metros de profundidad, su costo fue de 2 mil 700 millones de pesos.
En el Dique Seco se hacen trabajos de inspección de clase, reparación de la pala del timón, eje de cola y propela, limpieza con chorro de arena y aplicación de pintura, cambio de acero en obra viva, así como cambio y reparación de válvulas de fondo.
Además, complementa los trabajos que se hacían tanto en el muelle para reparar embarcaciones a flote, como en el Dique Deponente.
Asimismo, se realizan maniobras de entrada y salida de embarcaciones, servicio de energía eléctrica, de aire comprimido, lastre y deslastre, servicio de agua dulce, agua contra incendio y de agua tratada, servicio telefónico, servicio de aire seco, vigilancia, y trabajos de soldadura y buceo.
Los datos:
La idea original del proyecto fue reducir costos y dejar de depender de empresas privadas. Obra que finalmente vio la luz con el apoyo de José López Portillo, pero inauguró Miguel de la Madrid.
Cuenta con un cuenco de 250 metros de longitud, 37 metros de anchura libre y 12 metros de profundidad. El dique tiene capacidad para recibir barcos de hasta 55 mil toneladas de peso muerto.
Este proyecto ahora cimentado se ubica en la margen izquierda del río Pánuco, en la refinería Francisco I. Madero, muelle 5 y reparación de la flota de la terminal marítima. El dique ha contribuido al desarrollo económico, comercial, marítimo y social de la zona conurbada.