Raúl Fernando Zapata Solís, de 68 años, comanda el restaurante "ChacMoool", debido a su discapacidad visual que fue perdiendo paulatinamente aprendió a 'Cocinar a Ciegas'.
"Trabajaba de Agente de viajes, sufrí un derrame, que afectó un nervio óptico hace 20 años, y fui perdiendo la visión poco a poco"
El yucateco, quien comenzó hace 20 años junto con sus esposa a vender comida para llevar, se desenvuelve entre cuchillos, sartenes y fogones, el ingrediente principal es aceptar su ceguera, y con ellos comparte a su familia y empleados recetas de la cocina maya.
"Lo más rico es la cochinita pibil, tenemos sopa de lima, papadzules, panuchos yucatecos, entre papaya, xtabentún, rollo negro, tamales flameados, entre muchos más", afirmo el cocinero.
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Pese a su éxito, muchas personas que tienen la misma discapacidad visual se acercan para que les comparta el éxito de su cocina, y él sonriente acostumbrado a empresa "bombas yucatecas", afirma tajantemente "No vas a volver a ver, olvídate"; repite a los interesados invidentes.
"Todo se vuelve mecánico, aprendes a contar con pasos dónde están las áreas, aprendes a distinguir cada aroma y sabor. Todo se vuelve auditivo, los ojos no sirven cuando el paladar es lo primordial en la cocina", refiere Raúl Fernando.
La aceptación es el primer escollo que debe salvar quien pierde la vista; reconocerlo, tomar consciencia del problema es la única manera de superarlo, y a partir de ahí el afán de superación y la fortuna harán el resto.
En el caso de nuestro protagonista, su reinvención ha llegado como maestro de cocina y vida, y ahora es propietario del rinconcito maya en la colonia La Martinica, el tradicional "Chac Mool".