La industria funeraria alertó un incremento importante en los precios de servicios por defunción en el país que, indicó, en el caso del sector informal se ha dado de manera exorbitante.
“Desafortunadamente, el precio desmedido se da en la informalidad, pues como no están regulados, pueden cobrar lo que sea. Nosotros estamos supervisados por Profeco y buscamos seguir respetando esos precios para no sorprender con incrementos exorbitantes. La gente llega a encontrar servicios con sobreprecio de hasta 300 por ciento”, dijo en entrevista con MILENIO Roberto García Hernández, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias (ANDF).
De acuerdo con el directivo, dentro del sector formal los incrementos anuales en precios son de cerca de 5 por ciento y este año no han sobrepasado 10 por ciento de aumento.
Un análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indica que en mayo de 2020, en la Zona Metropolitana y Ciudad de México, el precio promedio por el servicio es de 12 mil 285 pesos; el monto máximo es de 20 mi 880 pesos y el mínimo es de 6 mil 762 pesos.
“En su momento lanzamos servicios específicos que incluso pudieron ser más económicos, pero los tradicionales fueron restableciéndose paulatinamente. Tuvimos este año un incremento de precio de 4 por ciento por inflación y no tenemos previsto hacer un alza adicional”, dijo Óscar Chávez, director de Planeación y Nuevos Negocios para Gayosso.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hacia el cierre de julio la inflación de servicios funerarios tuvo un alza de 3.84 por ciento.
La industria refiere que sostener los precios ha sido complicado, toda vez que han reportado un aumento de hasta 30 por ciento en sus costos operativos relacionados con la compra de equipos de protección y el aumento en el valor de algunos ataúdes.
“Los aumentos se dieron principalmente por todo el equipo de protección personal que debemos utilizar, y en el caso del metal que se utiliza en los ataúdes por ejemplo, que impacta en los féretros de este material. Hemos mantenido un compromiso de no aumentar su precio o hacerlo de una forma pequeña, con el fin de ayudar a las comunidades”, señaló el directivo de la ANDF.
A pesar de estar en medio de la tercera ola de contagios por covid-19, el sector no vislumbra llegar a los niveles en los que las cremaciones tardaban incluso más de una semana en ejecutarse, en ese momento se habló incluso de una posible escasez de ataúdes.
“Sí hemos visto un incremento en los servicios, principalmente hacia la segunda semana de julio; notamos un efecto particular en esta ola, en la primera y segunda fue más rápido el incremento de casos. Lamentablemente esta tendencia sigue, pero no creemos que vaya a llegar a niveles de la segunda ola, pero sí hay un aumento de defunciones. Hoy consideramos que estamos en un momento similar a la primera fase de contagios”, dijo el directivo de Gayosso.
Agregó que durante la primera y segunda ola de la pandemia, alrededor de 60 por ciento de sus servicios era por covid-19 y hoy se encuentra en 30 por ciento.
“Cuando empezó la pandemia vimos un crecimiento en los planes de previsión, sobre todo hacia finales de año, por la sensibilización que hubo en el mercado. Sin embargo, a inicio de año cuando el número de contagios bajó y la gente aprendió a convivir con el virus, hubo más compras de viajes y otras cosas, lo que impactó la venta de planes funerarios de previsión; hoy con la tercera ola vemos de nuevo un repunte”, expuso el directivo.
Ante tal situación Gayosso planea tener un aumento de 15 por ciento en su facturación; con un crecimiento de 12 por ciento en el área de previsión y capillas.
“Se han hecho las inversiones necesarias y de forma inteligente y eso nos está permitiendo garantizar la seguridad en nuestras instalaciones para que la gente pueda seguir confiando en nosotros”, finalizó.
ledz