Moda, brillo y color; así se podría describir el estilo de Ana Pau Pau Sank, una drag del municipio de León que se ha ganado un lugar en el medio, no sólo por su talento, sino también porque ha aprovechado ese espacio obtenido para apoyar a otras colegas que sueñan con que su arte sea apreciado.
Ana Pau Pau, 11 años atrás anhelaba convertirse en una draga, pero las circunstancias la orillaron a posponerlo durante un largo tiempo; hasta que su pasión, la moda, le brindó el empuje necesario para perseguir sus objetivos.
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Relata que fue justamente en un reality show donde descubrió que en verdad deseaba estar en el lugar de las drags queens que ahí participaban, caracterizándose y fortaleciendo su talento artístico, pero con la peculiaridad de que ella confeccionaría y utilizaría sus propios diseños.
“Ya mucho después fue cuando decidí tomarlo como realmente en serio; un amigo diseñador me invitó a un reality en Guadalajara, y de ahí surgió toda mi pasión, porque era un reality de diseñadores que trabajaban y hacían sus diseños para drag queens”, mencionó.
Después de pensarlo por mucho tiempo, comenzó a ejercer esta profesión desde hace aproximadamente dos años; y si bien debió abandonar su empleo como directora de arte, considera que valió totalmente la pena, dado que en este espacio puede explotar por completo su creatividad.
“Estaba en una empresa de calzado trabajando, yo era director de arte, pero en la empresa yo estaba como colapsando, pero porque creativamente ya me había estancado, tenía 18 años dedicándome al calzado, entonces dije, necesito otra cosa”, agregó.
No obstante, no omite el hecho de que dedicarse a ello es complicado, no sólo porque decidirse puede demorar, sino también por la aceptación que ello implica, tanto a nivel personal, como al interior de la familia.
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“Ha sido como complicado el tema de la aceptación, primero propia, y luego el familiar. Por ejemplo, que tu mamá o tu papá te pregunten: oye, pero ¿no te quieres cambiar de género, no te quieres operar? Y tienes que decir: no, o sea, no tiene que ver el drag con un tema de transición o un tema de no sentirte quién eres realmente”, dijo Ana Pau Pau.
Por otro lado, aunado a las limitaciones económicas y los pocos espacios, aunque no ha sido víctima de violencia física, comenta que sí ha experimentado violencia psicológica o verbal, lo que en ciertos momentos le genera temor, e incluso le ha permitido entender lo que viven las mujeres todos los días.
“No me ha tocado una experiencia de violencia, gracias a Dios, pero sí me ha tocado escuchar historias. De hecho me da muchísimas preocupación que se vayan en taxi, Uber y demás, porque muchos han querido abusar o tomar por la fuerza, lo que sí he sentido es violencia, pero como violencia psicológica, por parte de la gente. Yo he sentido como más empatía hacia las mujeres, porque yo cuando estoy en drag o camino, me toca sentir la mirada de las personas, entre de juzgar, que te ven feo, y no sabes si te quieren matar, o te están juzgando, o te están siguiendo una vez le pregunté a una amiga: oye, ¿en la calle esto te pasa?, y me dijo: sí, vivo eso todos los días. Y si yo siendo hombre siento miedo, no me imagino cómo las mujeres pueden sobrevivir a este tema que se vive todo el tiempo”, dijo.
Cuenta que actualmente ella se dedica a brindar shows, pero también a confeccionar vestuario para sí misma y otras drags; sin mencionar que ha generado iniciativas que permiten a otras drag queens de darse a conocer y acceder a mejores oportunidades creativas y de empleo.
Así mismo, comenta que con el paso del tiempo el drag se ha convertido en una parte de ella, y que incluso su familia se involucra de manera activa en esta parte de su vida.
FGAV