Este 1 de julio se cumplen 14 años del paso del huracán Alex por la Zona Metropolitana de Monterrey y Nuevo León, hecho que quedó para siempre en los recuerdos de los regiomontanos por todos los daños y cambios que causó.
La devastación que hizo Alex le valió ser catalogado como uno de los peores desastres de Nuevo León desde 1909, junto con el paso del Gilberto en 1988 y de Hanna en 2020.
Pero en aquel entonces nadie imaginaba que ese día de julio de 2010 iba a convertirse en un día inolvidable e histórico para Monterrey y Nuevo León. Un día antes, el 30 de junio, el huracán Alex había tocado tierra en Tamaulipas y llegado a Nuevo León por la noche, un hecho inédito, pues no había memoria de que algún fenómeno meteorológico llegara en ese mes al estado.
Pero Alex era algo especial. Aunque tocó tierra como categoría 2, su diámetro era de 900 kilómetros y llevaba vientos de 175 kilómetros por hora.
En dos días dejó caer la misma cantidad de agua que había llovido en el estado en dos años, destruyó la mitad de la ciudad, causó la muerte de 15 personas y dejó 15 mil 800 familias damnificadas. Además causó pérdidas por 17 mil millones de pesos.
Los daños más visibles fueron en las vialidades. La fuerza y poder de la corriente en el río Santa Catarina destruyó tramos de importantes vías de comunicación como Ignacio Morones Prieto, avenida Constitución, bulevar Antonio L. Rodríguez, el puente Pedro Martínez y paralizó a la Zona Metropolitana durante más de una semana.
Muchos regiomontanos solo conocían “de oídas” el huracán Gilberto como una historia de terror del 17 de septiembre de 1988, cuando Monterrey quedó destruido por ese ciclón.
Pero esa nueva generación de nuevoleoneses presenció el poder de Alex y guardó sus recuerdos. Durante 60 horas vivió un diluvio que parecía no terminar. En muchos sectores no se enteraron de lo que pasaba porque se quedaron sin electricidad.
Sin embargo, cuando por fin salieron a la calle luego de 60 horas, vieron otra ciudad. Las inéditas precipitaciones tenían bajo el agua buena parte de la urbe y municipios periféricos. Los arroyos La Talaverna, El Obispo y Seco, así como los ríos La Silla y Santa Catarina se habían desbordado.
Este último, tradicionalmente seco en su cauce, se llenó pese a que la mayor parte del agua que llovió en la sierra fue contenida por la presa Rompepicos, que luego la soltaría a lo largo de un mes.
La afluente rebasó su máxima capacidad, y el agua que bajó de la sierra arrastró vehículos estacionados y destruyó instalaciones deportivas, canchas, una pista de go karts, el icónico mercado ubicado bajo el Puente del Papa, además de la mega estructura de la Virgen de Guadalupe, colocada durante la última visita del Papa Juan Pablo II en 1990. Esta ahí quedó, sepultada casi 10 años bajo toneladas de piedra y tierra, hasta que, en el 2020, otro huracán, el Hanna, la desenterró.
En colonias residenciales, como Rincón de la Primavera, todos los coches fueron levantados por el agua, y estaban amontonados, como simples fichas de dominó, unos sobre otros.
En Santa Catarina, a todo lo largo de la falda del Cerro de las Mitras, los escurrimientos abrieron socavones y cañadas en las calles que formaban parte del camino del agua hacia el Arroyo del Obispo.
Por todos lados se veía gente caminando, buscando algo de comida para lo que parecía un largo aislamiento, No había transporte, en casi todas las casas faltaba electricidad, e irónicamente, agua.
A raíz de los destrozos en las avenidas Morones Prieto y Constitución, se decidió dejar ambas en un solo sentido, pa’llá y pa’cá. Sin embargo, reparar las vialidades costó cerca de dos mil millones de pesos, tan solo en esas avenidas.
Este 1 de julio se cumplen 14 años desde que el huracán Alex llegó a la zona metropolitana de Monterrey, para quedarse por siempre en los recuerdos de los regiomontanos, por todos los daños y cambios que causó, y por lo que se le catalogó como uno de los peores desastres de Nuevo León desde 1909.
El hallazgo de la virgen de Guadalupe
En 60 horas, el huracán Alex acumuló entre 500 y 800 milímetros de lluvia, cobró la vida de 15 personas, dejó 15 mil 800 familias damnificadas y daños de 16 mil 896 millones de pesos.
La corriente del Río Santa Catarina llevaba tanta fuerza que logró desprender la estructura de la virgen de Guadalupe que estaba instalada en el Río Santa Catarina, lugar en el que 20 años atrás, el papa Juan Pablo II ofreció una misa durante su segunda visita a Monterrey.
A pesar de los esfuerzos por localizarla, nada se supo de la figura de 12 metros de altura y aproximadamente siete toneladas de peso, por lo que simplemente la dieron por perdida.
Diez años más tarde, un 30 de julio del 2020 y luego del paso de la tormenta tropical Hanna, un albañil de nombre Esteban que buscaba fierro viejo para vender, encontró la estructura.
"Pasaron Víctor y Oscar (sus compañeros de trabajo) tropezándose con ella y vimos que era la Virgen, nada más tenía una parte descubierta pensamos que era fierro pero no, era la Virgen".
"Otras personas se la querían llevar al fierro viejo pero les dijimos que no estaba bien eso, que era del pueblo y la rescatamos", relató.
Rápidamente las corporaciones se movilizaron, Servicios Públicos de Monterrey trabajaba para retirar las piedras y liberar la estructura pero también, cientos de personas se dieron cita en el lecho del Río Santa Catarina para poder admirarla.
El hallazgo se dio en medio de la pandemia por Covid-19, que diariamente cobraba decenas de vidas y tenía paralizada la ciudad, por lo que los creyentes lo consideraron como una señal de que pronto todo mejoraría.
"La fe de la Virgen, estar aquí, es un milagro lo que sucedió, es una motivación para la gente que tiene tantos problemas", dijo uno de los visitantes.
Los fieles católicos acudieron durante los siguientes días para pedir por un milagro, e incluso hubo quienes se llevaron algunas piedras y agua que rodeaba a la virgen para compartirla con sus seres queridos o simplemente conservarlo como un recuerdo.
"Yo llevo piedritas para regalarle a mis hijas de recuerdo que vine, me imagino que tienen algún poder", expresó la señora Graciela Sánchez.
Una semana más tarde y con ayuda de dos grúas, lograron retirar la estructura y trasladarla hacia la empresa Aceros del Toro, donde los trabajos de restauración tardaron cuatro meses.
"Todos los rayos que prácticamente estaban sueltos se retiraron, se les dio mantenimiento en el sentido de sacar todo el material que estaba adentro, piedras, sedimento, lodo y también al mismo tiempo otros trabajadores están haciendo los rayos nuevos", explicaron.
Finalmente, durante la madrugada del 9 de diciembre del 2020, la virgen de Guadalupe regresó a su lugar de origen, mientras que la réplica que habían instalado fue trasladada hacia la parroquia Reina de México en la colonia Fomerrey 1 en Monterrey.
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