El pasado lunes 24 de septiembre, un comando armado privó de la libertad a Martín Vicente Lemus, de 61 años de edad. El hecho ocurrió en la calle Salvador Rojo al cruce con Fresa, en la colonia Tejocote, municipio de San Pedro Tlaquepaque.
Martín fue raptado mientras viajaba en un camión de la ruta 136, cuando iba rumbo al centro a dejar un medicamento a un laboratorio.
Personas que iban en la misma unidad de pasajeros que Martín, señalaron a su hija Elizabeth Vicente, que los captores le cerraron el pasado con un vehículo al camión, después abordaron la unidad y tras amenazar a todas las personas con armas de fuego bajaron al sexagenario del autobús y lo subieron por la fuerza a un automóvil.
Los delincuentes le advirtieron al chofer del urbano que si denunciaba el hecho lo matarían, para que viera que la amenaza iba enserio le tomaron a él una fotografía y otra al número económico del camión.
Desde ese día Elizabeth Vicente ha peregrinado de hospital en hospital buscando a su padre, pero no ha podido encontrarlo, llamó a “Locatel”, tampoco le dieron razón de su paradero, como última opción acudió al Servicio Médico Forense.
La mujer narró, que al llegar a la morgue fue atendida por dos trabajadoras sociales, le pidieron sus datos, los de su padre y le tomaron muestras biológicas para extraer ADN y compararlo con el de otros cuerpos.
Sin embargo, no pudo saber si entre los cuerpos que ingresaron en fechas recientes a la morgue se encuentra el de su padre, porque se suspendieron desde el lunes las autopsias de nuevos cadáveres hasta que no termine el proceso de identificación de los restos que permanecen en las dos cajas de refrigeración.
“Nos dijeron que ahora está el SEMEFO muy saturado de trabajo por la cuestión que hay ahorita, y nos dijeron que por ahorita el proceso iba a tardar un poquito. Hay bases de datos de cuerpos anteriores, los que han llegado desde el tercer día que él desapareció no les han hecho ningún procedimiento, no les han hecho autopsia, no nos dejan pasar a verlo”.
La familia de Martín Vicente Lemus, no comprende porqué fue secuestrado. Elizabeth asegura que su padre no tenía problemas con nadie, vivía de las propinas que le daba la gente por barrer la calle, se ganaba otros centavos haciendo mandados, está enfermo del corazón y por si fuera poco es diabético.
“Hace un año le dio un paro cardiaco y un derrame cerebral, ocupa su medicamento para vivir, se pone su insulina diaria y estamos desesperados, queremos encontrarlo”, agregó su hija.
La tardanza de Ciencias Forenses para la identificación de nuevos cuerpos, provocó que personas que buscan a un familiar extraviado acudieran en demasía a presentar quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
GPE