El Velorio, cantina en Guadalajara para ‘enterrar’ las penas al compás de los tragos

El Velorio es una cantina de Guadalajara por la que parece no pasa el tiempo, con 88 años de existencia, esta finca antigua, aunque conservada y con una fachada no tan amistosa, es la favorita de comerciantes y turistas que acuden a San Juan de Dios pues se ubica en el mero corazón de este barrio.

Esta cantina, fue fundada en 1935 por el señor Alejo López, en ese entonces se nombró El Jardín, ya que se ubicaba junto al jardín que colindaba con el que fue el Hospicio Cabañas, ahí comenzó su popularidad, sin embargo, para 1952 se cambió de domicilio al cruce de las calles Josefa Ortiz de Domínguez y General Salazar, ahora a espaldas del Instituto Cultural Cabañas, con este cambio vino un nuevo nombre; El Nuevo Jardín.

Este nombre no duró mucho y es que con el tiempo los clientes le pusieron uno más ad hoc al sitio y es que esta cantina por años no contó con luz eléctrica por lo que por las noches el entorno se tornaba lúgubre más aun porque para aluzarse lo hacían con velas y veladoras.

Además, desde su origen, esta cantina abría las 24 horas del día por lo que por la madrugada servían café, té de canela o té de limón y como en los velorios, en su mayoría le agregaban el famoso ‘piquete’, es decir un chorrito de tequila, vodka e incluso aguardiente, de ahí que se popularizó decir ‘vamos al velorio’ y así optaron por ese nombre con el que en la actualidad es conocida; El Velorio.

Actualmente esta cantina ya cuenta con luz lo que dejó de lado ese lado misterioso por las noches, pero el toque antiguo y austero permanece, es conocida por este toque arrabalero, desenfadado y de mucha camaradería pues el ambiente es tranquilo e ideal para pasar el rato con los amigos o incluso conocer a los clientes asiduos y escuchar sus historias en este sitio tan peculiar.

Como aditamento casi único, esta cantina cuenta con una ventana justo a un lado de la barra, misma que da a la calle y se usa como una especie de Drive Thru en donde taxistas que conocen de esta, se acercan a pedir sus bebidas para llevar.

El estilo antiguo de El Velorio es complementado con una doble puerta de madera que luce desgastada, en las paredes de esta vieja finca además cuelgan posters y cuadros alusivos al cine de época, el favorito; uno de la popular cinta El Padrino, con Marlon Brando. En la barra junto a muchas botellas, se encuentran también diversas figuras de San Judas Tadeo y la Virgen de Guadalupe. Para amenizar la experiencia cuentan con diversas pantallas en donde se transmiten principalmente los partidos de futbol.

El trato de los encargados de atender esta cantina es amable, y ameno, la botana es cortesía de la casa y la variedad de sus platillos deleitan hasta a los paladares más exigentes, por supuesto que todo lo que se ofrece es con ese toque mexicano y casero, desde taquitos, carne con chile, costillas entre otros.

Con el paso de los años y luego de que se prohibiera que las cantinas abrieran las 24 horas, en El Velorio poco a poco se perdió la tradición del café con piquete, pero las yerbabuenas y las cervezas bien frías no le piden nada a nadie.

Por su toque arrabal, sus platillos y su ambiente a divertido y ameno, esta cantina también es frecuentada por estudiantes, maestros y personalidades de la cultura que acuden al Instituto Cultural Cabañas.

MC