En la zona no hay agua corriente, por lo que el abasto se cubre con el flujo de ríos cercanos
De la noche a la mañana, la comunidad de El Yerbaniz, en Aramberri, salió del anonimato. La escuela rural de dicho poblado recibió 8 cachitos de parte de la fundación Delia Morán Vidanta para la rifa del avión presidencial.
Dicha institución adquirió 400 mil cachitos, por medio del presidente Andrés Manuel López Obrador; estos boletos fueron repartidos entre 50 mil escuelas marginadas en todo el país, construidas mediante el programa La Escuela es Nuestra; de estas, 913 instituciones se encuentran en Nuevo León.
En el plantel se educa a 7 niños en preescolar, y a 5 en primaria.
“Muy contenta, porque es un bien para ellos, para su escuela y su comunidad”, comentó la señora María Luisa, quien atiende un hotel en Aramberri.
“(Estamos) orgullosos de que aquí haya caído el Premio Mayor. Muy bien. Para mejorar la escuela… y también que les paguen mejor a todas las muchachas que trabajan allí en el Conafe”, dijo Octavio Gamboa, habitante de la cabecera municipal.
La comunidad está compuesta por 16 familias, unas 60 personas, cuya actividad principal es el cultivo de maíz y frijol.
No hay agua entubada: los habitantes se abastecen de pequeños ojos de agua y del río Vírgenes. Aunque hay energía eléctrica, casi nadie tiene televisión, y tampoco hay teléfonos fijos o celulares.
La comunidad de El Yerbaniz se localiza a casi 40 kilómetros de la cabecera municipal de Aramberri, en la zona serrana.
Hasta el pasado 18 de marzo, cuando se activó la alerta sanitaria, y desde hace décadas, la escuelita operó, impulsada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), en una pequeña choza.
“Deje le abro aquí. Este cuartito tiene 65 años. Esta es el área. Aquí está el pizarrón a mis espaldas. Aquí estuvieron los maestros dando clases. Aquí estaban las mesitas”, relata el juez auxiliar, Francisco Javier Reyna.
En tiempos muy recientes las cosas cambiaron, gracias al apoyo recibido a través de programas federales.
Hace justo una semana, los habitantes de esta comunidad terminaron de construir dos pequeños salones junto con sus baños después de tres meses de labores.
Los pobladores de El Yerbaniz consideran que la bolsa de 20 millones de pesos es mucho para una escuela que atiende a 12 niños, por lo que proponen aprovecharlo para mejorar los alrededores.
“A parte de la escuela, se pueden hacer otras cosas. Bueno, ese es mi pensamiento. Algunas cosas como (mejorar) el camino. Ya se pondría uno de acuerdo aquí en el rancho. Vamos a hacer acá, allá, cercas y… bueno”, reiteró el jefe comunal.
Los más contentos son los propios estudiantes, como la pequeña Azucena Reyna, quien cursa el quinto año.
¿Qué supiste?
Que la escuela había salido premiada con 20 millones.
¿Es mucho o poquito ese dinero?
Es mucho.
También está contenta su hermanita Verónica Reyna, quien cursa segundo de primaria. “Le van a poner muchas cosas y va a estar muy bonita. Me siento muy feliz de que haya entrado de nuevo a mi escuela”, compartió.
Por ahora nadie en esta región de la sierra sabe cómo y quién administrará el premio.