Ganadora del Premio Miguel Cervantes, de la medalla Belisario Domínguez y de muchos otros reconocimientos más, Elena Poniatowska se ha colocado como una de las escritoras más relevantes de la literatura mexicana e internacional. Pero durante su vida no todo ha sido fácil.
En 2019, la autora de La piel del cielo reveló que había sido víctima de una violación por uno de los maestros de la literatura mexicana, a pesar de que apenas tenía 21 años y él la superaba por más de 20. Fruto de este delito nació un hijo, y no fue sino hasta que pasaron seis décadas que Poniatowska se atrevió a contarlo.
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A finales de 2019, la ganadora del Premio Cervantes se sinceró sobre un pasaje en su recién publicado libro El Amante Polaco y de allí, comenzó a resurgir la verdad sobre el escritor Juan José Arreola.
“Estoy sola. No sé qué es el amor. Lo que me ha sucedido. El catre, la amenaza; el ataque nada tienen que ver con lo que leí en los libros”, narra entre las páginas de su obra.
Según la escritora, su primer hijo, Emmanuel Haro Poniatowski, fue el fruto del abuso de Arreola, quien insistió en repetidas ocasiones de que se practicara un aborto. No obstante, decidió continuar con el embarazo y, antes de contar la verdad, pidió permiso a su hijo para hacer público el hecho.
La escritora contó que al publicarse en El Amante Polaco la violación que sufrió de joven ha podido explicar “un hueco” de su vida.
“¿Cómo iba a dejar yo este hueco sin explicar? Además, lo consulté con mi hijo, le llevé las hojas y me dijo que a él le parecía que estaba bien: era a quien tenía que consultar y con quien tenía una obligación moral”, relató en un encuentro con la prensa.
En una entrevista para El País, Poniatowska contó que cuando ocurrió estaba “totalmente en encandilada” del escritor, y que más tarde terminaría en un convento de monjas, para el término de su embarazo.
“Es horrible decirlo, pero no sabía ni lo que le estaba sucediendo. Yo no sabía que era un seductor con sus alumnas, me da pudor porque no es nada el estilo de mí y de mi familia. Yo sé que que a mi madre la enfermaría, a mi padre también, porque es algo que hemos guardado totalmente silencio. Mi hijo ya tiene 60 años. ¿Te imaginas? 60 años de silencio”, indicó.
La también periodista reconoció que el suceso le afectó y, aunque en su momento no entendía lo que estaba sucediendo, pasó mucho tiempo sola y se percató que lo que había ocurrido era un abuso. Fue en ese mismo convento que le escribió una serie de cartas y le pidió a Arreola que no la buscara y, por el contrario, que atendiera a las hijas que ya tenía con Sara Sánchez; “no le debía yo a él nada”, agregó.
Asimismo, detalló que el hecho salió a la luz por casualidad y nunca por deseo o por una voluntad suya, pues afortunadamente tener a su hijo le fue de gran ayuda. Sin embargo, consideró que contarlo era un paso en la lucha para proteger a más mujeres de este tipo de delitos.
“Creo que es muy importante proteger a las mujeres. Finalmente es una gran preocupación y una gran angustia por las mujeres en México, porque siempre veo que son las olvidadas, las que están en la cocina, las que sirven, las que no tienen oportunidades y estoy totalmente con ellas. Yo me considero feminista”, agregó.
Más tarde, el testimonio de Poniatowska daría valor a la también escritora Tita Valencia, quien se atrevió a contar su relación con Arreola, la cual calificó de cruel y abusiva. Ambos relatos abrieron la discusión y la revaluación de la obra del escritor de Bestiario.
“Arreola no era capaz de ayudarse a sí mismo, ni siquiera a cruzar la calle, pero si podía echarte unos discursos así, apantalladores, como un actor, era un actor, un gran actor de sus sentimientos”, concluyó Poniatowska.
LP