La empatía, la solidaridad y la resiliencia mental y espiritual son elementos cruciales para los seres humanos ante las pérdidas de seres queridos y problemas que está generando la pandemia del covid-19 a casi 10 meses de confinamiento.
En el punto anterior coincidieron por separado, los especialistas en psicología y salud, Ericka Escalante Izeta, coordinadora de la Maestría en Desarrollo Humano de la Universidad Iberoamericana Puebla; Mónica Palafox Guarnero, coordinadora de los Posgrados en Psicología en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Ibero Puebla; y Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
Por un lado, para Escalante Izeta, ante uno de los periodos más complicados de la historia reciente por la pandemia del covid-19, es importante agradecer y reflexionar para saber cómo hay que cambiar.
“La pandemia ha movido las placas tectónicas sociales. Durante estos momentos tan difíciles, el expresar cómo nos sentimos, con los demás, nos ayudará a comprender que no estamos solos”, comentó.
Por su parte, Mónica Palafox Guarnero, coordinadora de los Posgrados en Psicología en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Ibero Puebla, comentó que el detenimiento abrupto llama a ser resilientes, y muestra que, una vez más que la raza humana es capaz de adaptarse a nuevas circunstancias sin importar que tan adversas sean.
“Cuando no existía esta situación, pasábamos tal vez junto a las personas sin darle el significado en nuestras vidas. El periodo de pandemia ha estado definido por la hecatombe de la pandemia, pero gracias a ella hemos entendido lo frágil y efímera que es la vida”, comentó.
Por separado, Dulce María Pérez Torres, investigadora de la Facultad de Psicología de la Upaep, comentó que, ante la pandemia del covid-19, la sociedad vive en un ambiente de dolor y las personas no están solas para enfrentar las adversidades.
“Ante la pandemia, no eres tú solo contra el mundo, eres tú con tu familia para el mundo. Estamos insertos en una comunidad. Hoy, es fundamental fomentar en las familias la resiliencia”, expresó la especialista de la universidad privada.
Algunas personas, por las necesidades que tienen en el aspecto económico, para el sustento de la familia, han tenido que salir a trabajar y se han contagiado del virus que acecha a la sociedad mexicana.
“A un año prácticamente de la llegada del COVID-19 a nuestro país, en el hábitat ha venido cambiando la estructura social. La gente va desesperada a buscar un tanque de oxígeno para un familiar, o que algunos grupos sociales son marginados, nos duele, es un dolor que antes no se había experimentado, como fue en el terremoto de 1985. Estamos reviviendo ese dolor que se había perdido”, destacó.
La situación de la pandemia es una oportunidad para contribuir a la recomposición del tejido social, pero depende de cada persona la forma de poder relacionarse con los demás, destacó la especialista.
“¿Hay alguna estrategia para sanar el tejido social? O está realmente rota. Yo pienso que nos estamos recomponiendo todos cada día, a lo mejor nuestras estrategias no son las más adecuadas; sin embargo, a nivel interno, a nivel social de los grupos pequeños si hay esta parte. Porque nos estamos dando cuenta de cómo está nuestra economía, qué estamos dejando de comprar y de cómo aprovechamos mejor las cosas y de cómo tratamos de solucionar los problemas de acuerdo a los alcances de cada familia o grupo”, finalizó.
AFM