La violencia contra la mujer persiste en Hidalgo y se agrava cuando al denunciar, las víctimas deben pasar por un proceso de afectación psicológico y jurídico, similar al que vivieron de parte de sus agresores.
Lo anterior es objeto del trabajo que busca mejorar en las instancias, dependencias y ayuntamientos la asociación civil Mujeres Violeta, que en la actualidad es una de las principales en la defensa de casos de personas que han sido objeto de abuso físico y de diversa índole.
Ayerim Tovar Pérez, fundadora y presidenta de Mujeres Violetas en Hidalgo, señala que pese a los esfuerzos de activistas, organismos, y de la propia sociedad, las denuncias de género siguen rezagadas en los ministerios públicos y los funcionarios que deben brindar la atención carecen de capacitación para un mejor trato.
“La asociación tiene como fin apoyar a las mujeres víctimas de violencia en los procesos judiciales. Cuando una mujer decide denunciar se enfrenta a estas instituciones frías, deshumanizadas, donde son revictimizadas una y otra vez, nos enfrentamos a procesos jurídicos desgastantes, y eso es lo que hacemos, las apoyamos concientizándolas del proceso que vamos a llevar, los verdaderos alcances, qué es lo que se puede lograr y qué no, y sobre todo vigilar la actuación de las instituciones y sus representantes”.
En entrevista con MILENIO, Ayerim Tovar, recuerda cómo es que surge la iniciativa de poder dar este apoyo a otras mujeres, tras haber vivido en carne propia la mala experiencia de la violencia.
“Cuando una mujer es víctima de violencia no solo se enfrenta a este proceso jurídico, sino también a un proceso psicológico que es elemental para poder salir, y las apoyamos con tratamiento y proyectos de emprendimiento con las herramientas que sean necesarias.
“Viví 10 años la violencia, soy una sobreviviente y cuando decido salir de ese círculo me enfrento a estas instituciones frías donde me revictimizaron, donde mis derechos humanos no fueron respetados, donde me traían de un lugar a otro, sin recurso necesario, soy una madre soltera de dos hijas; soy profesora de Inglés, de ahí viene todo este movimiento que quise hacer visible y ayudar a las mujeres a enfrentar esto, si vas a denunciar te vas a enfrentar a eso y que mejor que sentirse acompañadas”.
Muchas deficiencias
Ayerim afirma que luego de varios intentos por buscar una mejora en la atención de los ministerios públicos cuando las mujeres denuncias casos de violencia o abuso, se tuvo que tocar la puerta del procurador de Hidalgo, Alejandro Habib, y de presidentes municipales, que aunque tengan la disposición de trabajar, no están al tanto de todos los casos de mala atención en el proceso de denuncia.
“Hay muchas deficiencias, hicimos una marcha dirigiéndonos a Procuraduría, hasta que nos atendió el procurador al que le dije que contamos con ministerios públicos negligentes, omisos, deshumanizados, hay muchas deficiencias, mucho trabajo por hacer, pero también hay personal que sí está haciendo su trabajo bien y por eso es una lucha por cambiar las cosas.
“Es una cultura que venimos arrastrando, es una cadena, me he topado con la sorpresa de muchos directivos, cabezas de instituciones, que tienen muchas ganas de trabajar, traen buenas ideas, han dado instrucciones, han dado todo el equipo y necesario para que salgan las cosas de forma correcta, pero ya como sociedad estamos muy corrompidos, hemos normalizado buscar el bien propio por encima del común; me siento con el funcionario y veo disposición, pero al final del día llegamos a ventanilla y con la persona que sea, hombre o mujer, y a ellos les vale”.
Se aprovechan
La representante de Mujeres Violeta opina sobre el conflicto que existe en brindar el apoyo a las mujeres o aprovecharse, como en muchos casos sucede, de las víctimas a quienes abogados y ministerios públicos o la propia policía engaña, les piden dinero, o son omisos.
“Definitivamente, es malo, todo lo que se tergiversa en cualquier ámbito de la vida, cuando pierde su esencia, cuando pierde esa humanidad, ese corazón, claro que será algo malo, cuando uno se mueve por pasión, por integridad, las cosas saldrán bien, cuando buscas otras cuestiones tienes resultados de vapor, cortinas de humo, parece que estás haciendo pero no.
“Es lo que pasa desde hace años en México, las instituciones han hecho como que trabajan, como que les interesa, vamos a ponernos el moñito naranja en el ayuntamiento, vamos a hacer una actividad para las señoras que salgan en una caminata y defendemos sus derechos, y hoy esas cosas nos tienen paradas donde estamos con un ministerio público lleno de carpetas de investigación rezagadas, que no llegan a un juez, siguen en investigación, policías que al ser el primer respondiente no saben qué hacer cuando una mujer es violentada, se ponen a negociar entre las partes y dejan al agresor empoderado, porque se van y dejan a la víctima con la persona que la está ofendiendo”.
Actualmente, Mujeres Violeta trabaja con los gobiernos municipales de Mineral de la Reforma, Mineral del Monte, Zapotlán, Omitlán, Zempoala, Apan, Epazoyucan, Almoloya, Santiago Tulantepec, San Agustín Metzquititlán y Zacualtipán, con quienes se dan capacitaciones a personal de la Instancia de la Mujer, del DIF y de la policías local, para que sepan cómo se debe atender una denuncia por violencia contra la mujer, cuando hacen una llamada de emergencia desde un domicilio para acudir en auxilio, y para no tomar función de conciliación cuando se denuncia el delito de violencia o abuso.
“El delito que más denuncian es el abuso sexual y violaciones a menores de edad, en el mayor de los casos son los padrastros y son los padres biológicos; hay muchos factores de conducta, la violencia está comprobada que empata con dos, sí, hay un factor genético que delimita desde pequeño, ahora imagina si hay alguien que ya trae un gen determinante, y crece en un ambiente de violencia, es un generador de violencia.
“Yo puedo tener predisposición para la diabetes, pero tengo una educación de alimentación, probablemente no la voy a tener, eso pasa con los generadores, con los años vamos transmitiéndolo de generación en generación”.