Más de 150 mil menores searriesgan para trabajar

A sus diez años, Alan Jair, se gana la vida arriesgando su integridad. Cada mañana, en el cruce de las avenidas Colón y Lázaro Cárdenas, en el municipio de Guadalajara, limpia parabrisas. Durante el alto, alcanzar a lavar los vidrios de uno o dos autos.

¿No te da miedo? “Pues sí, pero yo nomás limpio los carritos que están aquí, y que no están tan altos”.

Trabaja para “alimentar” a sus cuatro hermanitas: Romina, Belén, Cielo y Dulce que a veces lo acompañan para sacar entre 100 y150 pesos al día.

Alan Jair, cursa el Quinto Grado de primaria y es vecino de la colonia El Campesino de San Pedro Tlaquepaque. Dice que le va bien, pero no recuerda cuáles son sus calificaciones.

Eso sí, cuando trabaja, piensa en llevar dinero al plantel escolar para comprar unos “chetos y algunos dulces”.

Según dice, los automovilistas no le comentan, ni le preguntan nada, solo lo ayudan con algunas monedas. Alan Jair seguirá trabajando, pese a que una vez él y una de sus hermanas, fueron aventados por una motocicleta que circulaba a gran velocidad por avenida Colón.

Como el, muchos menores laboran en los principales cruceros por necesidad, pero también por ahí crecieron como Alan Jair.

“Empezamos a encontrar niños muy chiquitos de 3 a 5 años que son acompañantes. Entonces, está la mamá haciendo una actividad en el crucero y el niño nomas está ahí sentadito. Está siendo acompañante de la actividad, entonces crece en este ambiente de estar con la mamá, y sabemos que ese niño cuando pueda por sí mismo, se va a convertir también en un trabajador de calle”, advirtió Elisa Sandoval, coordinadora de la Gestión de Proyectos de Desarrollo de MAMA, A.C.

El niño que trabaja en la calle, no está acostumbrado a que alguien lo vea y mucho menos, se le acerqué y le pregunte cómo está; que le diga, ¿ya comiste?, refirió.

De acuerdo con investigadores de la Universidad de Guadalajara, en Jalisco trabajan 156 mil 416 menores. El sueldo que perciben a diario son uno o dos salarios mínimos.

Los niños jaliscienses laboran –principalmente- en campos agrícolas e industria manufacturera. También se les puede ver en áreas de empaque, así como de ayudantes en talleres de joyería y mecánicos. Además de limpiaparabrisas y lava autos.

Sin embargo, 22 mil 810 menores de edad realizan un trabajo peligroso como el manejo de residuos químicos y que pueden repercutir de manera negativa en su salud.

Además, existe la posibilidad de que desarrollen problemas respiratorios, alergias y cáncer.

Por eso, las autoridades deberían reorientar la prevención y retirar a los niños para proporcionar una alta protección, consideró por su parte, María Antonia Chávez, investigadora del Departamento de Desarrollo Social de la Universidad de Guadalajara.

Hoy una de las consecuencias del trabajo infantil que más preocupa es la deserción escolar.

La educación “no es su prioridad. Para el niño su visión de vida es muy inmediata, entonces lo que necesitan ese día, es el alimento es la renta, es el juego, otras cosas, esto por un lado, y por otro lado, la familia de la que el viene, los papás tampoco están escolarizados, ni los hermanos. Entonces su familia por la lógica de supervivencia que tiene no prioriza, tampoco la educación”, expuso Elisa Sandoval.

El trabajo infantil inhibe el sano desarrollo de niños y adolescentes, y compromete el desarrollo de una sociedad en las áreas de salud y educación, recordó, Ricardo Fletes, investigador del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG.

Además, no se puede dejar de lado que este problema, se debe “a las condiciones de vulnerabilidad socioeconómica del país, falta de empleo en los padres de esos menores, así como la marginación y de pobreza”, detalló María Antonio Chávez.

Si hoy un menor deja de trabajar, tiene que ser sustituido por un adulto a fin de que se pierda ese ingreso.

JMH

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