La constante presencia de tenerías desde hace décadas en las colonias Industrial Santa Crocce, Industrial San Jorge e Industrial Pamplona, junto con “El Guaje” en la ciudad de León, han propiciado que los habitantes de la zona se desplacen, vendan o abandonen sus hogares derivado de las constantes emisiones de químicos, malos olores y hasta afectaciones a sus viviendas “Ya hay más tenerías que casas” es la queja recurrente.
La zona que hace poco más de 30 años era habitacional, hoy se encuentra prácticamente dominada por tenerías que en su mayoría no realizan un tratamiento adecuado de los residuos, basta con asomarse a la calle San Jacobo donde aguas verdosas impregnan la terracería y son los propios industriales de avenidas contiguas quienes a cubetazos tiran los desechos en el lugar.
“La verdad si es incómodo e incluso la gente, en su mayoría ya se ha ido, vende sus casas y mejor se va porque imagínate como es vivir así, imagínate”, explica Rosario Hernández, quien llego a la colonia Industrial Santa Crocce hace 7 años y hoy le preocupa la salud de sus 2 hijos de seguir viviendo bajo estas condiciones.
Los que han optado por quedarse, tienen que pagar periódicamente al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (Sapal), el servicio para que drene a través de presión sus caños y tuberías obstruidos, narran que en más de una ocasión el agua de los inodoros se ha desbordado, por los químicos y pelambre que obstruyen el drenaje.
"Incluso nosotros tenemos que pagar a Sapal el servicio para que nos lo destapen, sabiendo que viene desde afuera, pero nos afecta a nosotros adentro (...) se sube el agua y ya no puede pasar, porque como tiran desechos de las coladeras y como desde la casa conecta hacia afuera, ya no salen los desechos que nosotros tiramos y entonces se va acumulando”, agrega Rosario.
"Cuando se tapan los drenajes, ahí es cuando se empieza a salir el aroma, hay algunos vecinos que se han quejado de que se sale el agua negra desde las coladeras de sus casas”, narra Brayan Ruiz, quien a sus 22 años ha vivido siempre en esta zona.
Cuando las clases eran presenciales, se volvió común que el jardín de niños de la colonia se viera en la necesidad de parar sus clases debido a que las aguas negras se desbordaban de los sanitarios, exponiendo la salud de los niños. Médicos han encontrado asociación de efectos en la salud con la exposición al cromo, ácido sulfúrico y otros químicos utilizados en el proceso de curtido, también efectos asociados al sistema respiratorio, neurológico y dermatológico por la exposición a estas sustancias.
Fue en febrero de 2021, que Sapal firmó un convenio con 76 curtidores de la ciudad, para instalar medidores de descargas y así frenar contaminación, con un adecuado tratamiento de las aguas.