Así se vivió el primer día de clases con la nueva normalidad en Guanajuato

Regreso a clases

El aula que antes lucia repleta, ahora solo alberga a diez o máximo doce niños, un tercio del grupo original.

El aula que antes lucia repleta, ahora solo alberga a diez o máximo doce niños (Dany Béjar)
Guanajuato /

Suena el despertador, pero en esta ocasión cientos de miles de niños, niñas y jóvenes ya no encendieron el computador desde su cama o su sala, luego de 17 meses acudirán otra vez a su escuela. Arrancan el ciclo poco más de un millón 600 mil estudiantes en la entidad, y las calles de las principales ciudades de Guanajuato, fueron testigo de este momento que se plasmó en un tráfico vehicular más lento y más pesado.

Escuelas como la Francisco Pichardo, mejor conocida como la Secundaria General #15 ubicada en León, se convirtieron en un referente de las buenas prácticas, donde desde antes de las 7:00 de la mañana ya esperaban a los jóvenes, termómetro en mano, para ingresar a las aulas.

“Me bajé del auto, me despedí de mis padres y ya estaba marcado en el piso las líneas para formarnos unos tras de otros, sin amontonarnos. Me preguntaron acerca de mi estado de salud, me tomaron la temperatura, desinfección y de ahí al salón” narra Juan Carlos, estudiante de nuevo ingreso.

En esta escuela en particular, crearon un código QR para que los padres de familia puedan acceder a descargar la información necesaria para el regreso a clases. Un diagrama por códigos de color, ha dividido a toda la matrícula de alumnos, por grado, grupo, días de asistencia presencial y días de clases virtuales, en un perfecto cronograma desde hoy hasta el mes de diciembre.

Con sana distancia y precaución regresan a clases


”Estamos al pendiente de ellos en los patios y al interior también los maestros ya con indicaciones precisas. Dentro de los salones hoy solo vinieron diez alumnos, en otro máximo 12 alumnos, todo para tenerlos separados perfectamente” explicó Julio Magallanes, director de la institución

El aula que antes lucia repleta, ahora solo alberga a diez o máximo doce niños, un tercio del grupo original, todos separados por tres pupitres de distancia; No tocar, no abrazar, no proximidad es lo que se repite a los alumnos.

“Se siente emoción, pero a la vez se siente un poco de miedo, ya llevaba mucho sin ver a mis amigos y da miedo que otra vez nos puedan regresar al confinamiento” explicó Itzel, estudiante de segundo grado de secundaria.

Hasta la forma de convivir ha cambiado drásticamente, pues a partir de ahora, los recesos en las escuelas públicas del estado de Guanajuato son escalonados, con pocos alumnos y con maestros vigilando que respeten los protocolos de sana distancia. Después de una hora de clases, salen 10 minutos al aire libre, momento en que los docentes aprovechan para ventilar y limpiar el aula, medidas que a partir de ahora, formarán parte de su nueva realidad.


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