En Tampico confían en buenos masajes para combatir malestares

Casi enfrente de la Parroquia María Auxiliadora de la colonia Americana en Tampico o, como muchos le dicen, por la ruta Colonias, se ubica uno de los quiroprácticos que cuentan con cierta fama por los años trabajados y, sobre todo, por los resultados obtenidos por la gente.

Hablamos de Maurilio Villasana Mar, hombre delgado con más de 45 años dedicado a ayudar a las personas que lo buscan por diversas molestias y que están dispuestas a esperar el tiempo que sea necesario con tal de ser atendidos.

La ciática, nos cuenta, es lo que más atiende, puede ser el resultado de un accidente automovilístico, la caída desde un caballo o por levantar mucho peso como les ocurre comúnmente a los herreros y albañiles, explica. También es común que se entumen los brazos y manos, además de la mala circulación, provocados por males cervicales.

“La lumbalgia genera muchas consecuencias: mala circulación, vienen los calambres, las piernas ya no te responden, llega el bastón, llega la andadera, llegan las muletas y ya después llega la cama”.

Manifiesta que en esta condición le ha llegado mucha gente pero, dice, gracias a Dios han salido adelante.

Don Maurilio expresa que, previo a la pandemia, llegaba a atender hasta 250 personas al día en su mayoría personas de más de 50 años.

Con la llegada del covid ahora recibe un promedio de 35 pacientes los martes y jueves, lo hace para cuidar a la gente y a él mismo.

Le preguntamos cuál es la diferencia entre el quiropráctico y un traumatólogo y, sin meterse en líos y respetando la función de cada uno, nos responde: “Hacemos las cosas más sencillas, más prácticas; es como el masajista, el sobandero, yo voy sobre la columna vertebral porque el daño viene de la columna y, claro, cada quién tiene su función. Yo respeto a los doctores, no se meten conmigo y yo tampoco me meto con ellos”.

Detalla que por recomendaciones hay gente que lo visita de varias ciudades de la región como Huejutla, Pánuco, El Higo, Ébano, además de San Luis Potosí, Monterrey, Zacatecas y Ciudad de México.

“La lumbalgia genera muchas consecuencias: mala circulación, vienen los calambres, las piernas ya no te responden, llega el bastón, llega la andadera, llegan las muletas y ya después llega la cama”, señaló el quiropráctico, Maurilio Villasana Mar.

Masajista urbano

¿Un masaje en la vía pública? Para algunos pudiera ser algo fuera de lo común, pero hay una persona que camina por la zona de los mercados hasta La Puntilla, también se le puede ver en las jardineras afuera de las oficinas de Hacienda: él es Francisco Hernández Acosta, mejor conocido como Cachi, quiropráctico que recorre esta zona dispuesto a dar un buen masaje a quien se lo solicite.

Entre su clientela figuran los cargadores del mercado quienes, tras largas jornadas y mucho peso en sus espaldas, terminan hasta con el brazo zafado, indica. También están los empleados de los bancos o de las tiendas departamentales que, agobiados por el estrés, a la hora de la comida lo buscan para un masaje relajante y volver a sus trabajos.

Cachi nos cuenta que aprendió de su abuelo hace más de 30 años, que no fue a la escuela pero, a pesar de ello, sabe leer y escribir; además él mismo prepara los ungüentos y alcohol que utiliza.

Las cifras

-Ciática

Dolor que irradia a lo largo del trayecto del nervio ciático, que se ramifica desde la parte inferior de la espalda a través de las caderas y los glúteos y hacia abajo de cada pierna.

-Lumbalgia

Presencia de dolor en la región lumbar, es decir, en la espalda y cintura, que con frecuencia se recorre a los glúteos y muslos; generalmente se presenta después de realizar un gran esfuerzo con una postura inadecuada.

-Reflexología

Es la aplicación de presión en las áreas de los pies (o las manos). La reflexologíaes generalmente relajante y puede ayudar a aliviar el estrés. La teoría detrás de la reflexología es que las áreas del pie corresponden a órganos y sistemas del cuerpo.

Método para sobar a la gente 

No tiene un local como otros, pero una jardinera de cemento o una silla es suficiente para ponerse a trabajar en lo que sabe.

Dice que ofrece masajes para quitar el estrés, dolencias en rodilla, tobillo, columna, la parálisis facial y muchas quejumbres más; lo mismo sabe aplicar vendas con yeso para sanar una fractura.

Francisco indica que atiende de cinco a seis personas al día y cuando se le pregunta sobre cuánto cobra por su trabajo, nos responde: “Eso fue lo que me enseñó mi abuelo: le cobro lo que usted sienta, usted me va a recompensar, lo que me quiera dar con eso es más que suficiente”.

Nos platica que su pasión es jugar futbol y que lo hace junto a Hugo Pineda, Panchillo Fernández, Sergio Lira, José Luis Chocolate Hernández, Paco Solís, además de conocer a Daniel Hachita Ludueña y Matías Vuoso.

Así que ya lo sabe: si anda estresado o con un dolorcito y está cerca de la zona de los mercados o la plaza Hijas de Tampico, pregunte por Cachi y prepárese para un buen masaje callejero.

Señor de las cinco décadas, de Congregación Cárdenas, Ver.

En el nuevo mercado de Tampico, donde lo común es encontrarse con negocios dedicados a la venta de comidas, carnes frías, pescados, cárnicos y hasta desechables, destaca uno que se ubica justo a un costado de las escaleras eléctricas de este centro de abastos; no es muy amplio, con una cortina que no te permite ver su interior, pero que en su pequeña fachada tiene un letrero que dice: “Masajes Amado González”.

Se trata del local de un conocido “sobandero” o masajista que por más de 50 años ha dedicado su tiempo a curar a muchas personas que acuden con él para resolver

sus dolores corporales. Su propietario es Amado González Barrios, fisioterapeuta que llegó en 1950 a Tampico procedente de Congregación Lázaro Cárdenas, Veracruz; que primeramente se dedica a la venta de limones en las calles y que pocos años después empieza a dar masajes en este punto de la ciudad.

Don Amado levanta su cortina de metal a las 10:00 de la mañana, pero en dos bancas instaladas frente a su local ya hay varias personas esperándolo y que llegan por lo menos una hora antes que él; mientras que otros caminando con dificultad y mostrando algo de dolor preguntan “¿quién es el último?”, para empezar a hacer fila y esperar su turno.

Realizar un masaje facial, capilar o atender un esguince es algo de todos los días, pero Amado González reconoce que la reflexología son terapias largas y que se trata de presionar ciertas partes del pie o manos para resolver problemas en el hígado, la colitis, tiroides, la diabetes, entre otras. En esta parte del cuerpo también se puede dar masaje para sanar las molestias en riñones, corazón, ojos y hasta el cerebro.

Con respecto a la diferencia entre el fisioterapeuta y el quiropráctico, indica que el segundo solo realiza ajustes, mientras que el primero resuelve todo tipo de problemas, sobre todo del movimiento con un campo más amplio de acción. En relación con los médicos, les expresa sus respetos pues tiene claro que, como él, buscan mejorar la condición del paciente.

“Ellos son pura medicina, mis respetos; pero si tú le dices a un médico que te vas a ir a sobar no te lo va a aceptar, te va a decir que no, que te van a lastimar; no entiendo por qué no lo aceptan”.

Cuenta que empezó este oficio cuando sufrió la fractura de su pierna derecha y el doctor que lo atendió no lo hizo bien; quitándose el yeso y con masajes que él mismo se dio, la colocó en su posición normal.

Platica que empezó a cobrar en 1995, que antes ni un peso pedía por su trabajo, o labor altruista como le llama; ahora y dependiendo el problema cobra entre 150 a 200 pesos al que puede pagarlo y al que no también lo ayuda; atiende un promedio de 10 personas diariamente.

VLSS