“Me encanta la carne asada… me relaja el folclor de prender el carbón”: Bernardo González

En entrevista para Milenio Monterrey, el concejal de Monterrey dijo verse sorprendido por ocupar el máximo despacho de la capital de Nuevo León.

Bernardo González asegura que fue su suegro quien le enseñó el ritual. (Foto: Especial)
Ricardo Alanís
Monterrey /

Su sello regiomontano lo tiene muy marcado: No oculta su gusto por la carne asada y el ritual que involucra la preparación de este platillo, que empieza por encender el carbón. 

No pertenece a ningún partido y en cerca de dos años, escaló más cargos públicos que muchos políticos en décadas. Se trata de Bernardo González, concejero presidente de Monterrey. 

González, de 36 años de edad, aún se percibe algo sorprendido por ocupar el máximo despacho de la capital de Nuevo León, sin embargo, asegura que su entusiasmo y las ganas por hacer las cosas bien son mayores. 

Es abogado de profesión, con estudios internacionales por medio de becas en Europa. Su familia está compuesta por seis miembros: su esposa, tres hijas y un hijo y él. Precisa que no es, ni será político, es un ciudadano que colabora ahora en el Gobierno de Monterrey

Tuvo un inicio en el servicio público en la Procuraduría de Justicia del Estado, durante el Gobierno de Natividad González, en 2007. 

Renunció y se dedicó a su despacho, hasta que regresó al servicio público en 2015 como consejero jurídico del gobernador. 

A finales de 2016 fue nombrado subprocurador; en febrero de 2017, procurador, cargo en el que se mantuvo hasta inicios de 2018, al crearse la Fiscalía General. 

Se dice que tienes pasión por la carne asada, ¿es cierto? 

Una afición que tengo es prender el carbón. Me encanta la carne asada, me encanta hacerlo en mi casa o en el rancho con mi familia. Hasta para calentar unas tortillas prendo el carbón… No acostumbro ir a lugares o andar en cenas o en comidas, procuro el trabajo y la familia. 

¿Cada cuándo haces carne asada? 

Una o dos veces… por semana. Me gusta mucho, hasta para calentar unos frijoles o tortillas o unos elotes prendo el carbón. Me relaja mucho todo el folclor de prender el carbón, mi suegro fue el que me enseñó. 

¿Y no te ha dado ácido úrico todavía? 

Ja ja ja, no, hasta ahorita. 

¿Cuál es el corte que más te gusta? 

El tomahawk, pero te insisto, es una de mis grandes pasiones, porque aparte estás afuera en familia y logras platicar, cuando estás dentro de la casa están viendo la tele y ya no te pelan a los papás y cuando estás afuera, a fuerza y a chaleco platicas. Ponemos música, jugamos como cualquier familia, nos ponemos a jugar Monopoly o a ver videos de cuando estaban chiquitos. 

En dos años ya tuviste más cargos que muchos que han hecho carrera en la política… 

La historia es esa, los puestos en la Procuraduría, en Seguridad Pública y hoy nos vemos aquí. Ha sido un cambio muy drástico para mí. 

Como ejemplo, cuando estuve en la Procuraduría, me enamoré de la Procuraduría, le metíamos todas las energías, te tienes que poner la camiseta... dignificamos mucho a la Policía Ministerial, hicimos todo un jardín de honor para los policías que habían fallecido. 

Luego estuvimos en Seguridad Pública, lo que más nos importó fueron los policías. 

Y ahora acá, en Monterrey... 

Ahora lo que me toca es enamorarme del municipio, de la perspectiva de los trabajadores del municipio, de la ciudad, que te tienes que enamorar de cada detalle: desde un cordón de banqueta no pintado, desde mejorar la vialidad y espero cumplirle a la gente, aunque sea un tiempo muy corto. 

¿Te consideras como un político? 

No’mbre, político no, y no me siento político, no me gusta ni siquiera la definición de la palabra, yo creo que el servidor público es la palabra adecuada y un ciudadano más. 

¿Por qué político no? 

La palabra política trae cosas alrededor medio nebulosas, entonces dejémosla fuera. 

¿Y cómo encuentras la ciudad? 

Bien, no te puedo decir que mal, pero con muchas áreas de oportunidad. 

¿Marean estos puestos? 

Una de las cosas que debemos de tener y hasta ahorita espero tenerlos bien puestos, son los pies en la tierra, uno está aquí de paso y debe de tener bien puestos los pies en la tierra para la convivencia con las personas. Tienes que hacer muy bien tu trabajo para que hablen bien de ti en el futuro. 

¿Y tu equipo de trabajo tendrá bien puestos los pies en la tierra? 

Desde luego, si de algo estoy orgulloso, es del gran equipo que hemos conformado, gente capaz y honesta, lo digo por la administración y por el Concejo Municipal. 

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