Los alpinistas mexicanos Rafael Jaime y Omar Álvarez del equipo de montañismo Cordada Oscuras planean tomar un avión el siguiente 5 de abril rumbo a Nepal, al sur de Asia, donde intentarán llevar a cabo su más grande y peligrosa aventura: escalar el Monte Everest.
“Una cordada dentro del mundo de la montaña son personas que van atadas entre una misma cuerda (...) Si algo nos identifica a nosotros como equipo de mexicanos es que dentro de este equipo hay un ciego, y ese soy yo”, Rafael, quien perdió la vista por culpa del cáncer, dijo a Milenio en entrevista.
El viaje es parte de un reto global conocido como “The Seven Summits”, el cual consiste en escalar la cima de los siete picos más grandes del planeta, ubicados en Norte y Sudamérica, Europa, África, Asia, la Antártica e Indonesia.
Hasta ahora, los mexicanos han pisado el tope de cuatro –Denali, en Alaska; Aconcagua, en Argentina; Monte Elbrús, en Rusia; y Kilimanjaro, en Tanzania–. Les restan tres, y Monte Everest es su siguiente destino.
“Estamos hablando de una montaña que tiene una altitud de 8 mil 844 metros sobre el nivel del mar. Cuando hablamos de una altitud que rebasa los 8 mil metros, prácticamente te pone en el punto donde el ser humano no está diseñado para sobrevivir esa altitud”, dijo Omar, cuya voz y una cuadra atada a la cintura ayudan a guiar a Rafa por los angostos y filosos tramos de las montañas.
“La verdadera cumbre”, agregó el deportista de alto rendimiento, “es llegar a casa sanos y salvos”.
Para el Everest, los atletas deberán escalar y descender la montaña poco a poco hasta que sus cuerpos se “aclimaten” al Monte. Este proceso podría tomarles hasta dos meses, es decir, lograrían su meta a finales de mayo.
“Esto no es algo que tenga seis meses, esto no es algo que estemos preparando en las últimas semanas. Esto viene de muchos años atrás, de preparación como equipo, como deportistas de alto rendimiento”, aclaró.
Rafa tiene 34 años y Omar 46. Ambos han dedicado tiempo, dinero y gran parte de sus vidas a esta meta por más de cuatro años.
Patrocinios
Completar el “The Seven Summits” es además de riesgoso, muy costoso. Según Rafael, llevar a una persona hasta el Everest puede costar hasta 60 mil dólares.
Es por esta razón que los alpinistas buscan alianzas o patrocinios para sustentar sus cordadas. Actualmente, no reciben ayuda de ningún ente del gobierno.
“Necesitamos muchos apoyos económicos de marcas que se quieran sumar a este proyecto, a contar esta historia, transmitir valores de esfuerzo de lucha, de trabajo en equipo (...) Por persona, en promedio, el costo de un Everest es de 60 mil dólares”, apuntó.
Rafael confesó que su ceguera no impone impedimento alguno para lograr la meta del equipo. Al contrario, confió que sus acciones ayudarán a demostrar que no existe limitación que pueda arrebatar un sueño.
Queremos “ondear esa bandera mexicana y preguntar “¿si nosotros podemos, si un chico que es ciego puede, tú qué pretexto tienes?, ¿qué pretexto le pones a la vida?”.
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