Toque fondo, pero resurgí: Brenda, mujer pandillera

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"La verdad había mucha, mucha drogadicción y muchas peleas, demasiadas”, dijo Brenda

(Foto de archivo)
Jannet Ruiz
León /

Brenda, con 9 meses de embarazo, está a punto de ser mamá de una niña. Ella ingresó a “Los Diablos” grupo de jóvenes que se reúne en la colonia Observatorio, cuando apenas tenía 9 años de edad. Sus hermanos mayores ya habían ingresado con anterioridad a la banda. La curiosidad por conocer lo que hacían, y sobre todo, la soledad, la llevaron a ingresar a ese mundo distinto, con varias implicaciones.

“Ahí experimenté muchas cosas, mucha delincuencia. La verdad había mucha, mucha drogadicción y muchas peleas, demasiadas”, recuerda Brenda.

La mayor parte de sus horas de infancia las pasó en la calle. Brenda comenzó a repetir las acciones que veía en los demás, y en una de esas, se involucró con las drogas. Tenía ya 13 años.

“Mis papás nunca lo supieron en sí, pero sí se dieron cuenta (…) llegué a probar el cristal, la mota y el guare”, reconoce Brenda.

Los homicidios que cobraron la vida de algunos de los integrantes de Los Diablos propició que poco a poco se fuera desintegrando el grupo y cada quien tomara su propio rumbo.

Brenda, la futura mamá, se mantuvo parte de su juventud con Los Diablos, sin estudiar, ni aprender algo más durante 7 años, hasta que tocó fondo y en una de sus constantes crisis tomó la decisión de “estar bien”.

“Yo decidí estar bien con mi familia, por mi mamá que nos hacía mucho a la lucha y nosotros no lo entendíamos, yo lo hice más que nada por mi mamá, por mis papás y más que nada porque se me hacía muy feo todas las drogas, y cómo veía yo que destruían a mis amigos”, admite Brenda.

No puede explicar cómo le dio la vuelta a la página para continuar con su vida, incluso con sus estudios. Pero se podría asegurar que aquellas charlas de los promotores sociales surtieron efecto.

“Estoy alegre de mí misma, porque yo sí salí de eso. Si realmente quieres no es complicado. Con el apoyo de Lobo yo pude salir adelante y estudié la secundaria y ahorita no puedo estudiar la preparatoria, pero sí la voy a seguir estudiando”, dice Brenda mientras instintivamente junta ambas manos como protegiendo su prominente vientre.

“Más adelante, me gustaría estudiar Criminología”, agrega totalmente convencida y sin asomo de duda, mientras refleja una franca sonrisa, y observa con una mirada firme.

Características ambas que, a no ser por los ‘Lobos’, quizá hoy no tendrían cabida en su rostro.

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