"Es mi trabajo y me siento empoderada": bombera

A pesar de que aún hay discriminación en la sociedad, su fuerza es mayor

Erika Sánchez Romero, integrante del Cuerpo de Bomberos de Pachuca. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

Detrás del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, existen millones de historias de violencia y muerte de mujeres, una de ellas, el incendio de una fábrica textil en Nueva York a inicios del siglo XX, donde 146 trabajadoras murieron calcinadas tras el incendio del lugar que permaneció cerrado bajo llave para que nadie saliera.

Un siglo después, millones de mujeres alzan la voz, exigen justicia y emancipación, lo que ha permeado en la sociedades de todo el mundo, así también en México, en Hidalgo, en Pachuca, donde actualmente las mujeres realizan actividades que habían sido únicas para hombres y, gracias a esa lucha, ahora Érika Sánchez Romero se desarrolla profesionalmente en labores que habían sido etiquetadas solo para ellos: ser bombera. “Ser mujer es un virtud muy grande y valoro a la vida que haya nacido mujer”.


“Agradezco la oportunidad que actualmente tenemos y de pertenecer al Heroico Cuerpo de Bomberos de la ciudad que, por muchos años, fue destinado a actividades para hombres, pero actualmente se ha constatado que ser mujer no es un impedimento para desarrollar este trabajo”.

“Sí, soy feminista y han sido importante los grandes logros que hemos tenido: el derecho a votar, a elegir las actividades que queremos realizar, que nosotros seamos libres de opinar sobre nuestras necesidades, nuestra ideología y que ahora, gracias a la lucha feminista que se han desarrollado a lo largo del proceso, tengamos la oportunidad de desenvolvernos más”, asegura Érika, quien ha combatido incendios y protegido a las víctimas durante los dos años en los que ha trabajado dentro del equipo de bomberos.

Ella toma cada caso como único e importante para el desarrollo de sus actividades diarias, desde atender a una persona herida hasta ser parte de un incendio, como el que marcó a Tlahuelilpan, municipio de Hidalgo, donde la toma clandestina de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) se incendió hace poco más de un año, sesgando la vida de cientos de personas.

“Fue una escena fuerte, ver personas muertas, la violencia que se había desatado por el caos social que se presentó en ese momento y que nosotros, como personas y servidores públicos, absorbimos todo en ese momento”, asegura, mientras su mirada se pierde observando el camión de bomberos que permanece estacionado, quieto y en espera de que salga atendiendo una emergencia.

A diferencia de hace un siglo, ahora Érika es capaz de sofocar un fuego, mismo que ha sofocado la vida de millones de mujeres y que ha marcado la historia detrás del 8 de marzo, pero sabe que aún falta por hacer y defiende su posición como técnico en urgencias médicas dentro del cuerpo de bomberos.

“La sociedad es discriminatoria, porque cuando llegamos y ven que una mujer está al mando de un servicio o da indicaciones, nos ignoran, pero somos hábiles y sobre el proceso que tiene el tomar un papel dentro de la urgencia, pero al final saben que debe de haber un respeto”.

“Me encanta actuar dentro de la ambulancia, lo disfruto, es mi trabajo y me siento empoderada porque sé que a través de mi experiencia y lo que sé hacer podré brindar el apoyo a las personas que están en una situación de vulnerabilidad, me siento bien al ayudar, por lo que las mujeres sí, somos capaces de hacer cualquier actividad y de ayudar a los demás”, concluye.

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