La violencia contra las mujeres no cesa en México, ni en Tamaulipas ni el sur de la entidad. Se ha convertido en un problema social del que se habla todos los días. De acuerdo a especialistas en psicología, muchas mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas ignoran las señales de advertencia que incluso podrían salvarles la vida.
El psicoterapeuta Gabriel Rubio Badillo, señala que es necesario que las féminas estén al pendiente de las popularmente conocidas en redes sociales, “red flags”, que no son más que señales de advertencia de que posiblemente estén conviviendo con un agresor.
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“Ningún golpeador llega el primer día agrediendo, insultando, pateando. Son chicos que de alguna manera muy lenta y gradual, muestran señales de que son una persona perturbada mentalmente y lo triste es que se normalice”.
Controlar la forma en que se visten, controlar el maquillaje, o lo más común: sancionar las reacciones que reciben en las redes sociales, son las principales señales de advertencia de las que mujeres deben estar muy al pendiente.
Rubio, indicó que a lo largo de sus 26 años como terapeuta emocional ha detectado que es común que el agresor provenga de un seno familiar donde hubo violencia. Sin embargo, no todos los golpeadores de mujeres tienen la misma historia.
“Hay otros casos donde fue el extremo opuesto, fueron criados con demasiada permisibilidad, falta de límites, no les pusieron un freno, vienen de un padre pusilánime que no transmitió valores ni protección ni límites. Vienen de una madre, generalmente también distante, triste, cansada y deprimida que tal vez no puso la atención correspondiente. Un niño que crece en ese contexto se da cuenta que los padres los ven con una carga y crecen con mucho odio y resentimiento y esa rabia la pueden descargar con sus parejas”.
La importancia de poner límites
El especialista indicó que es necesario que las mujeres que han sido violentadas de alguna manera por sus parejas, lo hablen con la familia, amigos, o las estudiantes con sus docentes. Que sepan lo que están viviendo y hay que poner límites.
“Tenemos una forma errónea de entender al amor, pensamos que el amor es control, dominio y posesión, entonces pensamos que tenemos que perseguir al amor, controlar al amor y cuidar que no se nos vaya. Entonces esta dependencia extremista que tenemos hacia las personas, nos hace confundir estas relaciones tóxicas y les llamamos amor. Lo que le decimos a las chica y chicos es que el amor suma, no resta. El amor se nota, pero el desamor se nota más”.
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SJHN