Esperan a migrantes; acusan agresiones

El próximo lunes la caravana de madres centroamericanas llegará a la comunidad; la casa de atención al migrante espera también la llegada de la caravana hondureña

Apoyarán al menos con las cosas necesarias. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Atitalaquia /

El próximo lunes la caravana de madres centroamericanas arribará a la casa de atención al migrante El Samaritano, situada en la comunidad Bojay de Atitalaquia, esto como parte de su recorrido hacia el norte del país, señaló la coordinadora del inmueble, María Luisa Silverio Cruz. 

La integrante de la congregación del Sagrado Corazón indicó que además se preparan ante el eventual paso de la monumental caravana centroamericana, la cual actualmente se encuentra en Chiapas. 

Refirió que el próximo lunes 29 de octubre llegará por tercer año a dicho albergue la caravana de madres centroamericanas. El grupo viaja a bordo de dos autobuses, procedentes de Honduras, y están recorriendo la red de casas de migrantes. 

Externó que el lunes a las 14:15 horas arribará el grupo y permanecerá por algunas horas en el albergue, antes de partir hacia la parroquia San Miguel Arcángel, donde a las 18 horas el obispo de la diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, oficiará una misa. 

Posteriormente el grupo regresará a la casa del migrante a pernoctar y al siguiente día la caravana continuará su avance por el país. 


Caravana monumental 

Sobre la caravana de centroamericanos que hace unos días ingresó a México, como parte de su trayecto hacia Estados Unidos, dijo que ésta comenzó con menos de mil personas y hoy –de acuerdo a la última actualización de cifras de la red de casa de migrantes- el contingente está integrado por 7 mil 233 personas. 

De esa cifra, 2 mil 622 son hombres, 2 mil 234 mujeres, mil 70 son niños y mil 307 son niñas. 

Detalló que hasta ahora no está definida la ruta que seguirá dicha caravana, por lo que no hay certeza de que visite la casa El Samaritano. 

Aun así, dijo que se apoyará al menos con las cosas mínimas necesarias, pues “nosotros como albergue necesitamos ponernos de acuerdo sobre cuál va a ser nuestro acompañamiento, porque la casa atiende a quienes están de paso, y esa caravana está integrado por un número grande de centroamericanos”. 

Agregó que “en caso de que la caravana arribe aquí con nosotras tendríamos que ver si organizamos desde las parroquias grandes apoyo”. 

Reiteró que la casa El Samaritano es un albergue de paso que cuenta con infraestructura básica para una estancia de grupos pequeños. 

Silverio Cruz asentó que a medida de que se vaya acercando “la caravana vamos a ver cuál es la situación, pero sí apoyaremos porque estamos en la red de casas de migrante”. 

Destacó que a medida de que se ha conocido la situación de los migrantes que actualmente se encuentran en Chiapas, muchos pobladores se han puesto en contacto con la casa para brindar apoyo; aunque admitió que hay gente que solo piensa “en el caos que esto ocasiona a nuestro país”. 

Reconoció que en la actualidad la sociedad sigue relacionando a los migrantes con la delincuencia. “Se sigue viendo al migrante como delincuente; hay muchas voces a favor, muchas voces en contra, lamentablemente es una situación que ya se dio, que ya vienen de camino y nosotras habrá que esperar”. 

Dijo que en torno a El Samaritano también se han presentado expresiones de rechazo. La coordinadora pidió a la población solidarizarse con la población migrante, como ya lo hizo México durante la guerra española y la dictadura en Chile. 



Agresión contra migrantes 

Este martes un grupo de aproximadamente 35 centroamericanos, provenientes principalmente de Honduras, llegó a la casa El Samaritano, como parte de su trayecto. 

Los hombres refirieron que llevan tres semanas de viaje aproximadamente y admitieron que ha sido una travesía difícil, debido a que durante su viaje han recibido agresiones de parte de agentes policiacos de los tres niveles, así como de migración. 

Sin embargo acusaron que la mayor violencia y maltrato lo han recibido de agentes de seguridad privada, quienes tienen asignada la custodia del ferrocarril. 

Expresaron que en las cercanías de Huehuetoca, Estado de México, los elementos de seguridad del tren les dispararon para que descendieran del tren. Con el uso de lenguaje soez y con armas de fuego, los custodios hicieron descender a los centroamericanos, quienes viajaban sobre los vagones. 

Los elementos de seguridad accionaron sus armas contra el piso, cerca de los pies de tres centroamericanos, entre ellos Lester de 17 años de edad. 

Resultaron ilesos, pero ese hecho les infundió miedo y optaron por proseguir a pie la ruta hasta Bojay, en Atitalaquia. 

Oscar Omar Castro, hondureño de 37 años de edad, relató que otro incidente lo tuvieron antes, en su paso por Orizaba, Veracruz. Ahí agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Policía Federal, con apoyo de elementos policiacos municipales, instrumentaron un operativo para retenerlos. 

El personal del INM aprovechó que los centroamericanos estaban reunidos junto a las vías para detenerlos. Los acorralaron, pero dos jóvenes y una mujer optaron por lanzarse a un canal para huir de las autoridades mexicanas. 

Al día siguiente localizaron los cuerpos solo de dos hombres, de la mujer no se supo más. 

Eso no ha detenido a Juan Alberto, de 43 años de edad, originario de El Yoro, Honduras, la ciudad en la que una vez al año llueven peces. 

Tres veces ha ingresado a Estados Unidos, y por ello ha logrado construir su casa y darle una vida mejor a su familia. Ahora, intentará hacerlo por cuarta ocasión, “y lo voy a lograr, primero Dios”, dijo sonriente. 


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