Familiares y amigos continúan con la búsqueda de las personas que permanecen en calidad de desaparecidas, tras la explosión del pasado viernes, en el ducto de Pemex, ubicado el Tlahuelilpan, Hidalgo.
Desde muy temprano, Martha Vaca Ángeles se presentó en la funeraria “Inhumaciones y Velatorios El Ángel”, en Tula, para intentar localizar a su hijo Jaime Briones Vaca, de quien no sabe nada desde el día del estallido.
“Mis hijos iban a traer unas cosas porque para el 19 era mi cumpleaños y se fueron en su carrito, vieron lo de la gasolina que se salía, intentaron llenar su tanque, pasó la desgracia y desde ahí no los he visto”, dijo.
Afirmó que aunque ya acudió a realizarse las muestras de ADN en el Ministerio Publico de Mixquihuala y a levantar una carpeta de investigación, para ver si su hijo es uno de los cuerpos calcinados que no han sido, aunque “los procesos van a ser muy largos”.
“Dijeron que no se lo pueden entregar hasta que no esté la prueba del ADN porque a lo mejor en el levantamiento le pusieron las cosas que traía mi hijo a otra persona o cuerpo y no le vayamos a llorar a otra persona”, planteó.
En entrevista para MILENIO, Juan Briones Reséndiz comentó que dos más de sus familiares permanecen hospitalizados de gravedad, sin que “los médicos les den esperanzas”.
“Es mi nuera que está en un hospital de Cuautitlán y mi otro hijo que está en Pachuca, los familiares que están con ellos nos dicen que están muy quemados, que ahorita los tienen sedados y entubados”, señaló.
Dijo que su familia es humilde y se dedica al campo, por lo que consideró “de mal gusto” que los afectados sean calificados de “huachicoleros”.
“Todos trabajábamos el campo, trabajamos con patrones: dos, tres días pero trabajábamos: sembrando, deshidratando, maíz, frijoles o nos íbamos a cortar chiles, ejote, somos humildes, no tenemos dinero”, puntualizó.