La Universidad Iberoamericana Puebla, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) participan en el desarrollo de la Estrategia de Bioeconomía Circular y Social para el Estado de Puebla con el objetivo de que puedan se pueda lograr el reaprovisionamiento de materiales ya utilizados.
Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la Ibero Puebla, destacó que el paradigma de economía solidaria propone colocar a las personas en el centro de las cadenas de producción, proteger al medioambiente y extender la vida útil de bienes y servicios.
La Estrategia de Bioeconomía Circular y Social para el Estado de Puebla es una encomienda a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) del estado de Puebla con el objetivo de impulsar el cuidado del entorno.
La investigadora de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita destacó que las medidas contra el cambio climático son impostergables, ante lo cual, resulta fundamental el trabajo articulado entre diferentes actores de la sociedad con el objetivo de reducir las emisiones de contaminantes.
"Es necesario prestar atención a los procesos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios desde el diseño, así como a su reincorporación para mantener por más tiempo el valor y vida útil, acciones que permitirán minimizar la generación de residuos", destacó la investigadora.
En su oportunidad, Carlos Piñeyro Nelson, coordinador de la Maestría en Gestión de Empresas de Economía Social de la Ibero Puebla, resaltó que la economía social y solidaria es un esquema alternativo ante la crisis social y ambiental que remite a un sistema cuya prioridad no es la ganancia, sino la vida digna y la relación cercana con el territorio.
Señaló que la estrategia es un esfuerzo colaborativo representa la primera ocasión en la que se integra la bioeconomía circular en un plan de gobierno subnacional en América Latina.
"La estrategia es pionera mundial en la incorporación de la visión de la economía social y solidaria con el fin de lograr la sostenibilidad económica, social y ambiental", explicó.
En su oportunidad, Santiago Creuheras Díaz, subsecretario de Gestión Ambiental y Sustentabilidad Energética, explicó que durante los últimos 50 años se triplicó la extracción de recursos naturales para sustentar el crecimiento en un 500 por ciento de la economía global.
"De continuar esta tendencia, el consumo mundial de materias primas llegará a duplicarse para 2060, lo que deriva en un fuerte impacto ambiental como producto de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI)", apuntó.
Señaló que la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y el binomio pobreza-desigualdad forman parte de la triple crisis global que se vive en la actualidad.
"Puebla debe lidiar con las afectaciones de la superficie por el desarrollo urbano, industrial y agrícola, lo que en materia climática se traduce en una proyección de aumento de hasta 5 grados Celsius en la temperatura media a largo plazo", expresó.
En tanto, Jorge Luis Zenil, director de Cambio Climático, Ciudades Inteligentes y Transición Energética de la SMADSOT, comentó que un elemento clave para la implantación de un modelo de economía circular
"Gasta 80 por ciento de los residuos tienen potencial de aprovechamiento", apuntó.
Por su parte, Gloria Marina Godínez, directora de Sustainluum, explicó que la estrategia de bioeconomía circular no se reduce a la gestión integral de residuos, sino que requiere implementar sistemas de producción y consumo sostenibles.
"La regeneración de ecosistemas y la incorporación y aprovechamiento en ciclos que alargan la vida de materiales", finalizó.
CHM