Cuando el grupo terrorista ETA se infiltró en Toluca

Especial de Finde Semana

Responsable del delito de estragos terroristas, halló en la capital mexiquense el ambiente perfecto para esconderse y continuar con su vida.

Mucha gente apoyaba al Euskadi Ta Askatasuna (ETA), que en su traducción significa País Vasco y libertad. (Especial)
Abadiel Martínez
Toluca /

Óscar Cadenas Llorente fue un integrante de Euskadi Ta Askatasuna (ETA), el grupo terrorista más sanguinario que ha visto España, pero que en su momento trató de evitar la justicia y se refugió en México, precisamente en el municipio de Toluca, en donde fue detenido e ingresado al penal federal de máxima seguridad “Altiplano” hasta que fue extraditado a España por su relación en homicidios y secuestros para dicha organización.

Para contextualizar, primero se debe responder a la pregunta: ¿Qué es o era ETA? De acuerdo con información pública del gobierno español, Euskadi Ta Askatasuna (ETA) que su traducción es País Vasco y libertad, fue un grupo armado que buscó por 40 años la independencia del País Vasco; sin embargo, sus ideales fueron llevados al extremismo hasta ser considerado por las autoridades españolas, europeas y estadounidenses, así como por la Organización de Naciones Unidas como un grupo terrorista.

Según la Fundación de Víctimas del Terrorismo, ETA mató al menos a 856 personas. En octubre de 2011 este grupo anunció a través de un video el cese definitivo a la actividad armada, pero fue hasta mayo de 2018 que ETA se diluyó tras el desmantelamiento completo de sus estructuras.


Búsqueda

Según el relato de hechos probados, Cadenas y otros cinco integrantes del comando "Hepar Haizea" de ETA, - José Ignacio Echevarría Pascual, Miren Maitene Sagastume Arrieta, José Arizmendi Oyarzabal, Sergio García Razquin e Ignacio Cañas Cartón- "decidieron realizar un ataque contra alguna persona del Barrio de Loyola".

Con este fin, Cañas Cartón y García Razquin eligieron "a una persona a la que realizaron seguimientos y que resultó ser José Ignacio Lago Sanjuan" del que averiguaron el lugar donde vivía y que utilizaba habitualmente en sus desplazamientos un Seat Panda.

Una vez localizado el vehículo de Lago Sanjuan, Echevarría Pascual y Sagastume Arrieta colocaron un artefacto explosivo en el Seat Panda, mientras Cadenas esperaba en un coche "para facilitar la huida".

El 10 de enero de 1991, estalló el artefacto cuando Lago San Juan conducía su vehículo en la confluencia de las calles Sierra de Alba y Loyolaterra, de San Sebastián.

La explosión produjo lesiones sumamente graves a Lago Sanjuan, quien sufrió la amputación del muslo izquierdo y del brazo izquierdo desde el codo, entre otras secuelas, así como a otras dos personas, además de afectar a vehículos e inmuebles por valor de cerca de dos millones de pesetas.

El importante periódico El País reseñó los hechos en enero de 1991: “La fuerte explosión de la bomba pudo oírse en la zona, hasta tal punto que la madre del herido se enteró a los pocos minutos y acudió al centro sanitario momentos después de la llegada de la ambulancia de la DYA que trasladó a la víctima del atentado. El vehículo quedó totalmente destrozado y parte del mismo salió despedido a una distancia superior a los 20 metros del lugar en que se encontraba estacionado”.


Refugio

Durante años las autoridades internacionales “cazaron” a todos aquellos involucrados en este grupo, y fue en México donde algunos encontraron refugio, tal y como ocurrió con Juan Jesús Narváez e Itziar Alberdi, dos de los etarras más buscados y quienes fueron detenidos en 2014 en Puerto Vallarta, Jalisco.

Sin embargo, otro hombre relacionado también, Óscar Cadenas Llorente fue detenido en México, pero este cayó en Toluca, Estado de México. También fue señalado de asesinar a Ignacio Urrutia, capitán de infantería del ejército español, en junio de 1990, y además estuvo relacionado en el secuestro de un empresario llamado José María Aldaya en mayo de 1995. Cadenas Llorente habría dado información a ETA para el secuestro del empresario.

La información sobre si México fue tierra de refugio para el grupo es escasa, pero hay datos de que al menos 18 personas relacionadas con ETA intentaron ingresar a México, algunos lo lograron y otros no pudieron permanecer por no tener papeles en regla.

Cómo llegó a Toluca

Los registros señalan que Óscar Cadenas, al ser buscado en España, en 1992 decidió salir del país y refugiarse en Francia; sin embargo, ante la presión de búsqueda en Europa tomó la decisión de viajar a México, en donde ingresó como turista y posteriormente intentó hacer su vida. Se instaló en la capital del Estado de México, en donde incluso abrió una peluquería con una mujer llamada Enedina, pero al no tener éxito optó por trabajar en una fábrica en el entonces Distrito Federal, señalan los reportes periodísticos.


Detención y extradición

A pesar de intentar hacer una vida normal, la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y las autoridades mexicanas lo rastrearon el 10 de diciembre de 1996 en un apartamento de la colonia Las Américas, en Toluca, en donde fue asegurado y trasladado al Reclusorio Oriente y luego al penal de máxima seguridad “Altiplano”, en Almoloya de Juárez.

Tras cuatro años de permanecer tras las rejas, Cadenas Llorente fue extraditado a España en el año 2000 y en 2001 recibió sentencia de 36 años de prisión por el asesinato de José Ignacio Lago Sanjuan. En febrero de 2000, esposado, fue entregado en las escalerillas del avión por funcionarios de la policía de México a miembros del Cuerpo Nacional de Po licía de la Comisaría de Barajas, donde funcionarios de la Audiencia Nacional le leyeron sus derechos y los cargos.

El presunto terrorista tenía tres causas pendientes en la Audiencia Nacional de España. Cadenas era señalado como responsable de un delito de estragos terroristas y, además de la pena de prisión, le condenaron al pago de una indemnización de 90 millones de pesetas para José Ignacio Lago Sanjuan y otras dos personas heridas en el atentado que se produjo en el Barrio de Loyola, en San Sebastián.

Además, Cadenas estaba acusado de un intento de homicidio en 1991 y de pertenencia a la banda armada. Un tribunal superior penal mexicano ratificó la opinión jurídica favorable a su extradición, que había emitido previamente un juzgado de Toluca.

En dos ocasiones anteriores, los tribunales mexicanos habían negado dos solicitudes españolas de extradición de dos supuestos terroristas de ETA, Esteban Murillo Zubiri, en 1991, y Andoni Zelaia, en 1996.

Aparte de la extradición de Cadenas, el gobierno de México, por vía administrativa, entregó a principios del año 2000 a las autoridades españolas a cuatro supuestos etarras que estaban ilegalmente en este país: José Angel Ochoa de Eribe, Mikel Arrieta LLopis, Miguel Santiago Izpura y Josu Gortzon Larrea Elorriaga.

Ellos fueron deportados a mediados de enero de aquel año. Cadenas llevaba tres años y dos meses detenido en el penal de Almoloya, de donde salió custodiado directo hacia el aeropuerto a cumplir su proceso judicial en la península ibérica.

MMCF

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