“Es una tristeza, pues lo perdimos todo, nosotros no pudimos rescatar nada. Algunos vecinos sí sacaron cosas, pero fuimos de los más afectados”, así comenzó su relato David Fernández Hernández, quien junto con su familia sobrevivió a la explosión por la fuga de una toma clandestina en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, un suceso que, a su decir, les dio una gran lección de vida.
En entrevista para MILENIO Puebla, David Fernández recordó aquel momento cuando en un abrir y cerrar de ojos perdió su patrimonio y, con ello, los recuerdos de la casa que lo vio nacer, en la que formó una familia y crecieron sus hijos.
La madrugada del 31 de octubre de 2021, los habitantes de San Pablo Xochimehuacan fueron alertados por una fuga de gas; tras salir de sus viviendas se percataron que una nube blanca invadía el piso. La familia Fernández decidió tomar su vehículo y dirigirse hacia la colonia de Barranca Honda; sin embargo, el tiempo estaba en cuenta regresiva, solo avanzaron dos calles cuando ocurrió la primera explosión.
David narró que en ese momento el cielo se pintó de naranja y solo se escucharon los gritos de las personas; a medio camino se pudo percibir el estruendo de la segunda y tercera explosión; siniestro que los alertó para salir de la junta auxiliar con sentido a Tlaxcala para llegar hasta San Martín Texmelucan.
“Llegamos a San Martín Texmelucan. Yo sufro del azúcar, mis hijos regresaron ese día pero no me dijeron nada respecto a la casa. Fue hasta cuando vi las noticias y era mi casa la que estaba pasando, primero pensé que no, pero después volvieron a pasar las imágenes y le dije a mi esposa que era nuestra casa. Teníamos una ofrenda, se cayó una barda, se veía todo mi cuarto y todo el techo estaba colgado, fue muy triste ver eso”, recordó.
A un año de esta fecha que quedará marcada en el calendario, agregó que esas imágenes jamás las olvidará, pero con el apoyo de su familia salió adelante.
“La familia es el mayor apoyo, ya no pudimos recuperar nada, pero gracias a la unión estamos aquí. Agradezco el apoyo para tener un lugar donde vivir”, dijo.
En un recorrido se constató que las nuevas viviendas tienen dimensiones pequeñas, en algunos casos solo dos recámaras, un baño, una cocina, comedor y sala compartida; además, carecen de patio y espacio de estacionamiento.
“Ahorita tenemos este espacio pero antes eran cuatro recámaras, dos baños completos, mi sala, comedor, cocina y patio, digo es pequeño, pero me siento feliz; es mejor esto a no tener nada y sentirnos como cuando lo perdimos todo”, dijo.
Asimismo, David Fernández y pidió al gobernador Miguel Barbosa recorrer la zona porque a dos meses de la entrega de las casas ya presentan problemas de plomería, inundaciones, falta de servicios públicos y algunas tienen riesgo de colapso.
AFM