Pese a estar vacunados, 9 integrantes de una familia se contagian de covid-19

Los nueve integrantes se contagiaron del virus, cuatro de ellos ya poseían una dosis del antígeno y uno tenía el esquema completo, cuyo estado de salud se reporta como grave.

La familia espera que doña Hortensia se recupere pronto, a pesar de los dictámenes. (Especial)
Blanca Valadez
Ciudad de México /

Los informes del personal de salud son confusos, a veces son alentadores y en otras ocasiones, como a la familia de Hortensia Sánchez, de 65 años, se les pide tener listos documentos y mandar cartas por correo electrónico para despedirse, porque tiene muy afectados los pulmones y su saturación de oxígeno en sangre, con ventilador y aparatos, oscila entre 85 y 90 por ciento.

Doña Hortensia es el pilar de la familia Martínez Sánchez, donde nueve de sus integrantes, incluyéndola, se infectaron con covid-19: algunos son menores de edad, cuatro adultos jóvenes con una dosis de AstraZeneca y, en su caso, contaba con el esquema completo con la vacuna SinoVac desde mayo.

Alma Martínez, de 40 años de edad y quien recibió, a principios de junio, la primera dosis de AstraZeneca, relató que su madre, la señora Hortensia Sánchez, salió positiva a la prueba de covid-19 el 5 de julio, y después fue internada porque su saturación de oxígeno bajó.

A la angustia de tener a su madre internada en un hospital público se suman los informes médicos, sobretodo de los fines de semana, que reportan alta gravedad con posibilidad de muerte en cualquier momento, por el severo daño inflamatorio ocasionado por el virus a sus pulmones, congestionados con flema.

“El personal está haciendo un gran esfuerzo por darnos informes, aunque sólo se limiten a decirnos que se niega a intubarse, que sigue mal. Sabemos que los están corriendo, pero si su informes son contradictorios”, aseveró.

Alma presentó síntomas desde el 6 de julio. Se encuentra en casa y en una etapa muy delicada de la enfermedad, debido a que su saturación de oxígeno oscila entre 83 y 85, sin moverse ni hablar y con soporte ventilatorio se eleva a 89 o 92 por ciento.

“Tengo lo que llaman síndrome post-covid. Sin concentrador estoy saturando 83 y 85, sin hablar y quieta. Me pongo el concentrador cuando me agito, porque me dijeron que me lo debo de quitar paulatinamente y saturo 89 a 90. Mi doctora me dijo que después de seis meses podré saturar arriba de 93, pero seguiré teniendo síntomas de fatiga, incluso al hablar”, comentó.

Sin embargo, en entrevista con MILENIO, relató que aún les resulta confuso identificar cómo llegó el virus a su hogar, sobre todo cuando todos han sido en extremo cuidadosos con el uso de mascarillas, la higiene, el uso de gel, el lavado de manos, evitando visitas y aglomeraciones, ni salir a espacios cerrados.

“No tenemos ni idea de lo que pasó. No salíamos a ningún lado, más que a trabajar. Tampoco nos juntábamos con otras personas. Le damos vueltas y vueltas y no sabemos qué pasó con mi mamá, ella sólo iba al mercado a comprar la comida, totalmente cubierta y se regresaba casa”, recordó.

Fue el 5 de julio cuando doña Hortensia presentó mucha tos y gripa, “fue al doctor, le mandaron hacer la prueba, salió positiva” con una carga viral alta, a pesar de que en mayo concluyó su esquema con SinoVac, vacuna del virus inactivado, derivada de la cepa CZ02 de coronavirus, que evita su replicación.

Por ello, toda la familia que vive y convive en un mismo espacio, sin hacinamiento. Además, se efectuó también el estudio diagnóstico: cuatro adultos, Alma y José Luis, hijos de doña Hortensia, así como sus parejas Mariano y Sonia, y los hijos de ambos matrimonios, cuatro menores en total, también dieron positivos a SARS-Cov-2.

Una semana antes, recordó Alma, dos adolescentes de la familia presentaron vómito, diarrea, dolor de estómago, y la niña cansancio. “Los llevamos al médico y nos dijo que sólo era una infección estomacal, nada más”, y respondieron bien al tratamiento.

“Cuando el 5 de julio salió positiva en el centro de salud le dieron un kit de medicamentos y sugerencias. Una semana después, se bañó porque se sentía bien, se quitó el concentrador de oxígeno, salió muy cansada, saturando 40 a 45 de oxígeno. La volvimos a conectar, pero no subía su oxigenación más allá del 70 o 77 por ciento. El médico nos dijo que requería hospitalización”, lo cual sucedió alrededor del 12 de julio, contó.

Posteriormente, la trasladaron a un hospital covid del sector público, donde “nos dicen que no ha cedido la neumonia atípica” ni la inflamación, a pesar de tener una mascarilla de alto flujo que le da 15 litros de oxígeno por minuto, además de contar con la mascarilla CPAP para mejorar la oxigenación. Con todo esto, doña Hortensia satura 83 por ciento de oxígeno.

MILENIO tuvo acceso algunos de los informes, “mire, hoy no las reportan muy grave, la pacientita tiene su diagnóstico de neumonía atípica secundaria a SARS-CoV-2 y obesidad mórbida grado tres. Tiene neumonía severa. Sus pulmones tienen ruidos, que se llaman estertores, llenos de flemas, y no evoluciona, por eso se le ofrece la intubación, ella no acepta. Ustedes manden una cartita a las trabajadoras sociales, para darle fuerzas y sientan que están con ella”.

En otro reporte, señala que “la paciente se quiere ir de alta voluntaria. Tiene máscara CPAP con concentración al 100 por ciento. Esta muy grave. A penas alcanza el 80 por ciento de saturación. Por la situación, traigan hoy una carta, que sea grande y una foto antes de las 12 del día. Hoy tráigala. No sé si mañana pueda. Me apena mucho decirles que esta muy mala. ¿Usted firmó por intubación? No, para decirle al médico que no aceptan”.

En otro reporte, doña Hortensia sigue insistiendo en el alta voluntaria, “tu mamá tiene una alta probabilidad de que pierda la vida saliendo del hospital” y sacarla “conlleva un riesgo muy alto”; a la vez que mencionan que en el domicilio se debe tener oxígeno.

En ese mismo reporte, la familia reclama que no le hayan entregado las cartas, incluso, “hemos solicitado una llamada, hemos suplicado, pero no nos la autorizan. Ella está desesperada porque aquí todos nos enfermamos”.

“Hablé con su mamá. Ella dijo que firma cualquier responsiva. Yo le dije que se puede morir antes de cruzar el estacionamiento del hospital y me dijo ‘yo estoy consciente de eso y aún me quiero ir’. No sé qué informe médico te dieron por la mañana. Yo hablo de cómo la vi. No es lo mismo estar conectada a un oxígeno, que tiene una alta potencia, a lo que puedan ofrecer en casa. Yo no puedo meter mi móvil ni tampoco ingresar celular o tablet, solo pueden mandar cartas”, respondió un trabajador social.

De acuerdo con la familia, los médicos les indicaron que “no saben exactamente qué sucedió”, ya que Hortencia poseía su esquema de vacunación completo y ahora tiene neumonía grave. “Sólo (nos dijeron) que sus pulmones ya no aguantan, y que debe de ser intubada, pero mi madre no acepta porque el resto de sus órganos vitales se encuentran en buen estado, no están comprometidos”, apuntaron.

“Otra explicación es que mi madre tiene obesidad mórbida, tipo dos, pesa alrededor de 102 kilos y eso, posiblemente, es lo que ha complicado la respuesta al tratamiento que le están dando, paracetamol y dexametasona, entre otros. No tiene diabetes, tampoco hipertensión y aunque los reportes la ubican en la séptima década de la vida, mi madre tiene 65 y sigue siendo muy joven como para estar tan grave, es una guerrera, no se enferma fácilmente”, reconoció.

Hasta el momento, las pruebas de jefa de la familia continúan saliendo positivas, por lo que se encuentra desesperada, triste y cansada, a la vez que exige su alta voluntaria, sin embargo, especialistas han señalado que es imposible, porque sigue en proceso infeccioso. “Nos hicieron una videollamada para tranquilizarla” aunque admitieron que el personal reporta desabasto.

“Mi madre no es una persona enfermiza, de hecho, llevaba año y medio sin una gripa y ningún tipo de enfermedad”, resaltó.

La familia está evaluando llevarla a casa pero “nos piden una ambulancia de alta especialidad, la mascarilla CPAP, oxígeno, una enfermera, un responsable. Si se da de alta voluntaria no pueden darnos ningún tipo de equipo. No te dan nada. Para nosotros eso es imposible solventar.

“Además que nos dicen que van a preguntar si es viable y algunos hasta nos comentan que infringiríamos la ley si sacamos una persona con covid porque pondrías en peligro a otras personas”.

Confusión en los informes de salud

“Los fines de semana nos dicen vengan mañana y tráiganle una carta, llega el lunes y nos dicen que no”, comentaron, a la vez que sostuvieron que no recibieron sus cartas ya que el personal no recibe nada en papel físico.

“También nos han dicho que llevemos documentos, que nos despidamos de ella, que puede morir. Pero después existe otro grupo que nos comenta que está evolucionando bien al tratamiento. Hay una gran desinformación y descoordinación“, detalló.

Además del dolor de tener a doña Hortensia en el hospital, donde definitivamente se niega a la intubación, los otros ocho miembros contagiados ha sufrido la enfermedad de forma muy diferente.

En su familia se contagió su marido Mariano, de 49 años, pero presentó los síntomas una semana después. También él tiene una dosis de AstraZeneca. Tiene a su hija Isabela y Lorenzo, de siete y 13 años, respectivamente.

“Mi hija sólo presentó dolor de estómago durante un día. Nos dijeron que ella era de la carga viral alta. Mi otro hijo si presentó cansancio, diarrea, dolor de estómago, debilidad. Él ya está dado de alta, están bien sus pulmones”, dijo.

En el caso de José Luis, su hermano de 42 años, tiene una dosis de AstraZeneca, al igual que su esposa Sonia de 45 años. Sus hijos, Jimena y Alex, de 14 y 16 años, respectivamente; también presentaron vómito, diarrea, cansancio, pero ya están dados de alta.

En casa, los adultos jóvenes trabajan y sólo su esposo usa el transporte público, pero salió salió positivo posterior a todos. El décimo miembro de la familia, otro de los hijos de doña Hortensia, salió en las pruebas negativo.

“Por mucho salimos a andar en bicicleta y a caminar por al Bosque de Tlalpan, que está abierto, sin tener contacto con otras personas. Mi mamá antes de dar positiva fue 10 días antes a caminar ahí, al Bosque de Tlalpan, pero no hay gente y es un espacio abierto”, advirtió.

La familia tiene fe que doña Hortensia vuelva a casa como lo que es “una guerrera, de carácter fuerte, muy fregona y valiente”.

“Hay otros médicos particulares que nos dicen que va bien y es posible, una vez en casa, manejarla adecuadamente. Con eso nos quedamos”, dijo Alma.

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