Por tres generaciones, la familia Merlo preserva el oficio de bolero en Toluca

El cajón de bolero en la familia Merlo no sólo es una herramienta de trabajo, se ha convertido en ese hilo que teje la vida familiar.

“Como tal esta silla, este lugar lo tenemos desde mi abuelo".
Toluca /

Por más de tres generaciones, el cajón de bolero en la familia Merlo no sólo es una herramienta de trabajo, se ha convertido en ese hilo que teje la vida familiar, también es un sinónimo de amor y de lucha, pues no sólo les ha permitido preservar uno de los oficios más reconocidos en México, también les ha dado un ingreso seguro.

Con su banco instalado en uno de los andadores de los Portales de Toluca, a unos pasos la famosa tortería “La Vaquita Negra del Portal”, la familia Merlo ha demostrado que el oficio de bolero es tan importante como cualquier otro, pues incluso políticos y personajes de la vida pública de la entidad, han requerido de sus servicios.

La tercera generación

Ahora en medio de la contingencia sanitaria de covid-19, el encargado de seguir con esta tradición es José Merlo, quien es testigo del ir y venir de cientos de toluqueños que transitan por el corazón de Toluca, quizás dirigiéndose a alguno de los edificios o simplemente disfrutando de un paseo, luego de trabajar.

“Como tal esta silla, este lugar lo tenemos desde mi abuelo, él fue el que empezó con todos los boleros, después se hizo la unión con todos los boleros que están aquí, junto con los de la Terminal”, recuerda

A su abuelo le siguió su padre, quien desde los 7 años daba el “trapazo” o la “bola” a todo aquel que pasaba por los Portales y requiriera de este servicio, ahora y ante la contingencia sanitaria, José es el encargado de esta silla, en la que dice, no hay diferencias.

“No hay trucos, más que nada es dedicación, ser detallista, porque si por cualquier razón el brochazo no va por donde tiene que ir el resultado no es el mismo”, subrayó.

No hay trucos

Este oficio, afirma, no tiene truco; sin embargo, como todo en la vida, en los detalles está la diferencia, ya que no sólo se tiene que conocer de materiales, tintas y tipos de calzado, hay que hacer la diferencia con el trato, con la limpieza y sobre todo con la agilidad que sólo da la experiencia.

Para mí es un orgullo, porque independientemente de que sea algo heredado, a uno le tiene que gustar para que pueda seguir este negocio, esa herencia, si a uno no le gusta, el negocio no va a seguir prosperando”.

Un oficio del que dependen miles de familias

En cada servicio, no sólo deja una pequeña parte de su esencia, también su historia familiar revive, por ello invitó a la sociedad a que ante cualquier oportunidad se acerque a esta silla, se acomode y pida una boleada, para así apoyar a este sector, que durante la pandemia de covid-19 ha vivido tiempos difíciles.

El cierre de oficinas, el trabajo a distancia y el cambio de hábitos, entre ellos el aumento en el uso de calzado deportivo, hacen que este oficio, poco a poco, vaya perdiendo la importancia que tuvo décadas atrás.


KVS

  • Monserrat Mata
  • monserrat.mata@milenio.com
  • Reportera en MILENIO Estado de México desde 2016, egresada de la Facultad de Humanidades de la UAEMex. Escribo sobre Salud, Desarrollo Agropecuario y Medio Ambiente.

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