La familia Ricardi es una de las afectadas por la fuga de hidrocarburo que emanó sobre la calle Jacarandas de la colonia las Flores de Ciudad Madero, tuvo que dejar su hogar por precaución ya que, a decir de los expertos, no es un producto explosivo pero el olor puede provocar náuseas y mareos.
Son cuatro las familias que seguirán la recomendación de Protección Civil; dejaron sus hogares para que el equipo de expertos que opera en el lugar lo haga con seguridad y no exponerlos a algún accidente.
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Desde las 15:30 horas habitantes de este sector percibieron un olor fuerte que provenía del suelo, pronto salieron a revisar de que se trataba encontrándose con la sorpresa de que había una fuga de un líquido negro, pronto dieron aviso a las autoridades.
La respuesta fue inmediata y pronto una veintena de trabajadores de Pemex empezaron a buscar el lugar exacto de donde provenía el líquido espeso y negro, dando con una primera fuga, pero más tarde una nueva emanación apareció por lo que apresuraron la excavación con una retroexcavadora.
La unidad de Protección Civil de Ciudad Madero recomendó a los vecinos del lugar que dejaran sus hogares como una medida precautoria pues el olor era fuerte.
Saúl Ricardi, tiene 33 años viviendo en este sector justamente en la calle Violetas y Jacarandas, y al respecto comenta que "realmente lo estamos haciendo por seguridad, ya nos dijeron que este producto no es flamable, que no es peligroso y no hay riesgo de explosión, sin embargo el olor se vuelve insoportable por momentos sobre todo cuando empieza la corriente de aire. Nos vamos a un albergue aquí cerca, somos cinco personas; otras familias se fueron temprano a refugiarse".
Cerca de las 21:30 horas, tres familias, cuyas casas se ubican exactamente frente a la tubería propiedad de Pemex, dejaron sus hogares y pasarán la noche en un albergue dentro de la misma colonia Las Flores.
Las máquinas siguen rechinando cada vez que la "mano de chango" excava para encontrar el punto exacto de la fuga, mientras la familia Ricardi sale con cobijas en mano para dirigirse al refugio donde pasaron la noche esperando que mañana las condiciones mejoren.
EAS