En un abrir y cerrar de ojos, las familias de Julio y de Don Cristóbal pasaron de tenerlo todo, a no tener absolutamente nada.
Sus casas se transformaron en una zona de guerra luego de que una pipa sin frenos se estrellara frente a sus viviendas, en Escobedo, Nuevo León, y éstas quedaran a merced de las llamas hasta reducir todo su patrimonio a cenizas y recuerdos carbonizados.
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Don Cristóbal estaba con su esposa Laura de 60 años; su hija Jaqueline, de 29 años, y su nieto Jean Carlo, de 13 años de edad. Al escuchar el estruendo corrieron y en segundos, décadas de lucha y esfuerzo se esfumaron.
Julio César tiene un panorama no muy distinto. La pipa se estrelló frente a su casa, pero debido a que él y su familia no se encontraban ahí, fue que tal vez evitó una tragedia. Vendedor en una tienda de refacciones, Julio tiene que mantener a su esposa Yadira; y a sus hijos Julio, Andrea y Regina, de 18, 17 y 6 años de edad.
Y por si no fuera poco, hoy martes, en medio de la tragedia, Andrea cumple sus 17 años. Por ello, pide a los responsables que paguen por los daños.
Don Cristóbal aún no termina de pagar la casa, motivo por el cual pide a las autoridades y a los responsables que apoyen para que se hagan cargo de lo que destruyeron.
Si usted quiere apoyarlos puede acudir directamente al sitio del accidente, en el numeral 301 y 303 de la calle Almendro, en la colonia San Genaro.
O bien, pueden comunicarse a los teléfonos: 81-2346-1664 con Laura Alemán y al 81-2221-2262 con Julio César Palacios.
mrg