Una voz del otro lado del teléfono trastocó la tranquilidad hace unos meses de un comerciante del área metropolitana.
“Somos de la letra, y necesitamos checar tu línea para que tú, obviamente, te deslindes y no tener que dar la orden de tener que levantarlos y actuar en contra de ustedes.
“¿Tú a qué te dedicas, compadre, que te estás metiendo en este pedo con la gente de la letra? ¿Sabes quiénes somos la gente de la letra aquí en Monterrey?”, se escucha en la bocina.
La conversación, proporcionada por la autoridad estatal, es ejemplo de una llamada de extorsión de las bandas que operan desde el interior de al menos 10 penales del país, realizada a una familia regiomontana.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública apunta a que Nuevo León, con 60 casos, está en el top 5 de estados con más denuncias en este rubro en el pasado mes de abril, solo por debajo de Estado de México (574), Veracruz (76), Guanajuato (65) y Jalisco (61).
No obstante, la mayoría de estas son extorsiones que no tienen su origen en la entidad.
“Las llamadas vienen de fuera, el 94 por ciento viene de penales fuera de Nuevo León, esa es la realidad. ¿Cómo sabemos? Porque nos llama la gente, hay denuncias, hay llamadas al 911 y ubicamos el teléfono con el GPS y nos da en los centros penitenciarios”, sostuvo Aldo Fasci, secretario de Seguridad Pública estatal, en entrevista con la plataforma MILENIO-Multimedios.
La dependencia a su cargo, con base en las denuncias presentadas, mapeó el origen de esas llamadas de extorsión.
En los penales de Puente Grande y Santa Martha Acatitla se registran el 28 por ciento de las incidencias divididas de manera equitativa, seguidos del Altiplano, con 13 por ciento, y el Noroeste de Matamoros, con 12 por ciento.
A decir del responsable de la seguridad en el estado, el problema ha llegado a teléfonos de palacio de gobierno, funcionarios, e incluso hasta su propia casa.
La víctima fue una mujer que trabaja con él, a quien le dijeron que habían secuestrado a su hijo.
“No sabían (quién era), todos son datos que sacan de internet o te sacan información en una llamada previa con otra persona, y luego ya te marcan y caes en el tema”, sentenció el funcionario.
“Todas las llamadas desde los penales deben tener una alerta de su origen”, dijo.
Pese a que esto es compartido con la autoridad federal, poco o nada se ha hecho en otras entidades para frenar la extorsión desde los centros penitenciarios.
Fasci reconoció que la comunicación se da desde celulares, que llegan a manos de los reos gracias a la complicidad de algunas autoridades.
“Hay mucha cifra negra, hay mucha gente que no nos dice, que no denuncia, entonces no sabemos el tamaño”, dijo.
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