El sonido de las campanas de la capilla virgen de Guadalupe en Zapotlán del Rey, sonaron para despedir a Liliana y Alondra, madre e hija que fueron asesinadas en el Ministerio Público (MP) de Poncitlán, Jalisco, cuando fueron a denunciar a su agresor por violencia intrafamiliar. Este jueves amigos y familiares de las mujeres les dieron el último adiós en una emotiva misa que se realizó a medio día.
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“Le aseguro que muchísima gente la vamos a recordar con ese entusiasmo, con esa alegría, ella siempre bailaba, cantaba nos levantaba a todos el ánimo, para cualquier cosa y siempre estaba ella para ayudarnos en cualquier situación a como diera lugar, pero siempre nos aflige su partida”, dijo Alicia, cuñada de Liliana.
La capilla lució como nunca y reunió a más de 200 personas que acudieron a darles el último adiós.
Durante la celebración religiosa el sacerdote exhortó a las instituciones y al gobierno para cuidar la dignidad de los seres humanos y evitar que se vuelva a repetir la historia de Alondra y su madre.
En su mensaje dio consuelo al padre de la joven de 21 años y viudo de Liliana de 45 años, a sus hijos, nietos, hermanos, y cuñadas de Liliana.
Exigen que caiga todo el peso de la ley contra presunto feminicida de Liliana y Alondra en Poncitlán
Tras la detención de Christopher Gerardo “N”, presunto feminicida de ambas mujeres, los familiares de las víctimas esperan que sea declarado culpable y pague por la muerte de dos personas inocentes.
A las autoridades le exigen justicia y cero impunidad. “Que él pague por lo que les hizo porque eso no se vale destrozó a mi madre, a mi familia; más que nada nos destrozó la vida, entonces quisiéramos que todo el peso de la ley cayera sobre él”, dijo la hermana de Liliana, Clara Tovar.
Alicia compartió el sentimiento de impotencia que vivió tras la huida d Christopher Gerardo. “Alguien tuvo que apoyarlo a él, alguien que lo ayudó. Da muchísimo coraje pero nos da gusto que que sí lo tienen agarrado, esperamos realmente que haga verdadera justicia que se pague y que pague como sea”, dijo.
Además la tía y madrina de Alondra, mencionó que su ahijada había decidido dejar al padre de sus dos hijos y regresar a vivir con sus padres. Era el segundo día que vivía con ellos cuando acudió al Ministerio Público de Poncitlán acompañada de Liliana para interponer una denuncia por violencia intrafamiliar.
Alondra dejó a dos pequeños huérfanos quienes ahora se quedarán a cargo de una tía mientras se resuelve quién se quedará con la custodia, por lo que piden se garantice la integridad y seguridad de los menores.
“Afortunadamente no nos han amenazado, pero pues como esto todavía no termina no sabemos si más adelante puede llegar a suceder alguna cosa, pero que quede manifestado que sí quisiéramos que se hiciera una denuncia, para que no se acerque nadie a nosotros que no nos molestaran”, comentó la hermana de Liliana.
Tras un recorrido a pie desde la capilla Guadalupana y al ritmo de música como se acostumbra en algunos pueblos, a las 14:15 horas los féretros llegaron hasta el panteón Santiago, ubicado sobre la calle Emiliano Zapata en Zapotlán del Rey.
La féretros permanecieron durante 20 minutos en la entrada principal del panteón antes de ser sepultadas. Familiares y amigos pudieron llorarles y darles el último adiós mientras de fondo se escuchaba la canción de Amor Eterno.
El momento más doloroso llegó minutos después cuando los cuerpos de madre e hija fueron sepultados en un nicho propiedad de la familia de Liliana.
Su esposo, hermanos e hijos de las fallecidas lloran mientras abrazan los ataúdes por última vez.
MC/SRN