En Tamaulipas existe un hotel con grandes historias, en sus cuartos ha alojado a personajes como Fidel Castro y el Che Guevara, además ha sido el primero en el estado en tener un elevador y ser el edificio más alto en los años treinta.
Se trata del Hotel Sierra Gorda, el cual con sus 82 años tiene un legado histórico, con un desfile interminable de personalidades: desde presidentes de la República, como Gustavo Díaz Ordaz hasta Fidel Castro, Ernesto el “Che Guevara”, pasando por Mario Moreno “Cantinflas” el gran mimo de México, y la escultural Olga Breeskin tocando su violín, entre otras más.
Y qué decir de su vanguardia en servicios, como contar con el primer elevador en el estado, la lavadora industrial de madera y el edificio más alto de aquella época que se nos fue, cuenta Mauricio Benítez Garza, quien tiene a su cargo el legado familiar de su padre y de su abuelo.
Su historia inicia con la carretera México-Nuevo Laredo, el más importante tramo carretero de la época para conectar el centro del país con Estados Unidos, por lo que a la familia Benítez se le ocurrió construir un hotel; pero no sería uno más, sino el mejor, el más grande y con lo más avanzado en servicios para los viajeros en el territorio tamaulipeco.
Un gran hotel en el centro de la capital de Tamaulipas, construido en sociedad y que abrió sus puertas en 1938, con cinco pisos, 100 cuartos, restaurante, bar y estacionamiento en más de mil 200 metros cuadrados, obra del arquitecto Enrique Luis Canseco González.
“Fueron dos años de construcción; en aquella época me contaba mi padre y mi abuelo que cuando se estaba construyendo la gente se paraba enfrente, veían el edificio en construcción y apostaban a que se iba a caer, porque era demasiado grande”.
En el año de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, empezó la gran afluencia de turistas extranjeros en el Hotel Sierra Gorda ubicado en el kilómetro 0 de la carretera México-Nuevo Laredo.
En 1950 los cronistas describieron que era una pequeña ciudad en medio de un hotel de lujo y se comentaba que para su época era muy grande.
“La carretera México-Nuevo Laredo que por aquí transitaba, normalmente se hacía una jornada de México a Ciudad Victoria y luego una jornada a la frontera o viceversa y tenían que pernoctar, las carreteras y vehículos eran de mucho menor nivel, mucho más lentos, en contraste que ahora son más fluidas y los autos más veloces y ya no tienen que pernoctar”, explica Mauricio Benítez Garza, mientras señala desde la ventana de su oficina el tramo carretero que hoy se ha transformado en la calle del 8.
En aquellos años el hotel siempre estaba lleno, era una parada recurrente. La carretera era un buen proyecto que pasó a la historia por la modernización de las vialidades y los vehículos.
De esa época, aún conservan el elevador y algunas piezas que se pueden apreciar en el lobby y otros sitios, como la lavadora industrial de madera, las calderas, el cuadro que realizó el muralista Pedro Martínez en honor al Conde de Sierra Gorda, el conmutador para enlazar líneas que en aquel entonces era único en su género y no solo daba servicio a todas las habitaciones sino que realizaba enlaces nacionales e internacionales.
“Estamos en el corazón de la ciudad, el 8 Hidalgo, el centro neurológico; el Sierra Gorda se ha convertido en un emblema, una referencia y somos patrimonio cultural de nuestra ciudad”.
Incluso recordó que en una entrevista que le hicieron a Fidel Castro preguntó si todavía funcionaba el Hotel Sierra Gorda porque le había gustado mucho su estancia. Fue el primer hotel en contar con un salón-bar “La Bodega”, de los más concurridos por su música en vivo y amplio horario de atención, hasta las 5:00 de la mañana, pero por la inseguridad que se potencializó en el 2010 se ha mantenido cerrado, no así su restaurante y salón “Los Candiles”.
“En ‘Los Candiles’ no solo nació el Consejo Cívico Ciudadano e Instituciones encabezado por don José Benítez, Francisco Hernández Gatica, entre otros que lo formaron y funcionó hasta la muerte de mi padre, traían muchos ponentes y eran críticos y analíticos al sistema.
- Te recomendamos Puerto de Tampico, 196 años abierto al comercio exterior Estados
Se convirtió en un espacio plural y abierto, para todas las expresiones políticas-culturales y sociales, incluso fue uno de los primeros en abrir las puertas al hoy gobernador Francisco Garcia Cabeza de Vaca.
Además nació el Club 20-30 con José Sulaimán y don Nazario Assad”. El negrito en el arroz en la historia del Sierra Gorda fue en 1947, cuando en el cuarto 208, el entonces titular de la Policía, Julio Osuna, asesinó de un balazo al director del periódico “El Mundo” de Tampico, Vicente Villasana González, antesala de muchos cambios en Tamaulipas; pero esa ya es otra historia..
lpr